Centrales sindicales y movimientos populares se reunieron una vez más en defensa de la democracia en todo Brasil. El acto del jueves (31) hizo parte de un conjunto de acciones unificadas convocadas por el Frente Brasil Popular y Frente Pueblo Sin Miedo en todo el país.
Ocupando las calles de más de cien ciudades brasileña, en total se calcula que fue posible reunir alrededor de 700 mil personas a lo largo y ancho del país, sin contar las repercusiones de apoyo internacional que se hicieron sentir en Dinamarca, Alemania, Francia, España, Portugal, Estados Unidos, Canada México, Colombia.
El acto central se desarrolló en Brasilia (DF), donde llegaron 750 ómnibus, reuniendo más de 200 mil manifestantes. São Paulo fue también escenario de una gran movilización, esta vez en la Plaza Sé -centro de la capital paulista-, lugar simbólico por haber sido escenario de las luchas del movimiento por la redemocratización, conocido como “Diretas Já” que exigió la vuelta de las elecciones presidenciales entre 1983 y 1984.
Entre los cantos que sonaron durante la jornada de lucha, se escucharon numerosos gritos contra el presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha (PMDB-RJ) y el juez Sérgio Moro [quien hasta hace días atrás era quien dirigía la operación Lava Jato que investigaba supuesto caso de corrupción en la empresa pública Petrobras y responsable por la escuchas telefónicas entre Lula y Dilma]. Los manifestantes denunciaron la tentativa de golpe en curso en Brasil, con el pedido de impeachment de la presidenta Dilma Rousseff.
Frente al turbulento panorama político y la salida del PMDB de la base del gobierno nacional, mucho de los reunidos en las calles manifestaron sus confianza en que el gobierno de un guiño a la izquierda. Ese era el sentimiento del matrimonio conformado Arlete, 65 años, ama de casa, e Paulo Brota, 71 años, bancario jubilado. “Ella [Dilma] no conseguía gobernar más, creo que ahora va a mejorar “, dijo Brota.
Ellos recordaron que hace exactamente 52 años –el día 31 de marzo de 1964- se iniciaba el régimen dictatorial en Brasil. “En 1964, yo era bancario en Minas Gerais y puedo decir que el clima era bien parecido, este sentimiento anticomunista, por ejemplo”. Sin embargo, Brota diferenció los dos momentos indicando las grandes movilizaciones en las calles que actualmente se están desarrollando contra el impeachment. “No vi eso en aquella época. Con seguridad, 2016 no es igual”, argumentó. “Si realmente hubiese un golpe, también habrá mucha resistencia”, completó Arlete.
Actriz del Grupo 59 de Teatro, Nilceia Maria Vicente, de 37 años, afirmó que salió de casa contra una articulación que, desde su punto de vista, barrerá muchos de los derechos sociales fundamentales. Ella, que declaró su voto en Dilma en la segunda vuelta de las últimas elecciones, afirmó que no está satisfecha con la presidenta, pero que la cuestión “extrapoló los limites de ser partidaria”. “La gente entiende que, ella permaneciendo, los derechos serán garantizados”, declaró.
Pasara esa tormenta, dice Nilceia, a presidenta debería liderar un proceso de reforma política en el país. “La gente está aquí luchando por ella, y ella precisa estar allá luchando por nosotras también”, concluyó.
Juventud
Así como en la última manifestación, la participación de jóvenes fue un hecho. Los amigos Pedro, de 14 años, Lucas y André, de 15, salieron de la comodidad de sus casa en la Zona Oeste de la ciudad para manifestarse. “Mi mamá cree que estoy errado. Ella maldice a Lula por la TV (…), pero [dice que] ayudó mucho a la gente”, expresó Pedro. “Somos contra la Rede Globo, que manipula y es totalmente partidaria”, apuntó André. “Nosotros somos a favor de la disminución de las desigualdades, pero mucha gente es contra”, contó.
Bárbara, estudiante de pedagogía de 22 años, dijo que la voluntad de salir a las calles en defensa de la democracia es una cuestión familiar. “Mis abuelos lucharon contra la dictadura y mi mamá supo que estaba embarazada de mi luego después de una manifestación contra la privatización de Banespa [banco de São Paulo], donde recibió balas de goma de la policía”, comentó.
Ella afirmó que, por más que aun no concuerde con muchas de las medidas tomadas por el gobernó, estaba allí por la defensa de un proyecto político que, según ella, retrocedería mucho en caso de la destitución de la presidenta. Además de eso, Bárbara dijo haber quedado asustada con el avance de discursos de odio contra el Partido de los Trabajadores (PT), inclusive propagado por sus alumnos de apenas siete años. “Tengo amigos que fueron golpeado por estar vestido de rojo, algunos profesores que dejaron de hablar conmigo por no salir vestida de amarillo, la situación está mucho complicada”, dijo.
Ya casi sobre el final del acto, el Grupo Angola Sim Senhô hizo una roda da capoeira contra el golpe. “Nuestro mestre presentó su convicción política y quien concordaba vino a expresarse contra el golpe”, explicó Livia, integrante del grupo. Cerca de 20 capoeiristas se acercaron y cantaron en tono de ironía: “não, não, não, não, vai ter golpe… Só de capoeira!”.
*Traducción: María Julia Giménez
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