Después de dos días en actividad, el Tribunal Internacional por la Democracia sentenció que Brasil está, de hecho, viviendo un golpe de Estado. Los nueve jurados, procedentes de otros países, analizaron el proceso de impeachment instaurado contra la presidenta Dilma Rousseff y declararon que el país sufre una grave violación al proceso democrático y al orden constitucional.
Además, los jurados dejaron en claro que el impeachment hiere la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La sentencia fue entregada a la presidenta Dilma Rousseff, el jueves 21, en el Palacio de la Alvorada, en Brasília (DF). También será encaminada al Senado Federal y al Supremo Tribunal Federal (STF).
Con inspiración en el Tribunal Russel, que en los años 1960 juzgó crímenes de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam, el juicio brasileño tuvo como objetivo debatir y juzgar, simbólicamente, el proceso de impeachment que está en fase de decisión en el Senado Federal. El evento tuvo una duración de dos días, 19 y 20 de julio, en el Teatro Oi Casa Grande, de Rio de Janeiro.
Desarrolladas en tres etapas, en primer lugar el Tribunal oyó los testimonios y alegaciones orales de la acusación y defensa del impeachment. El jurista Geraldo Prado fue el responsable por la acusación, y fue Margarida Lacombe quien argumentó en defensa del impeachment. Durante el segundo día, cada uno de los jurados, venidos de México, Francia, Argentina, España, Colombia, Costa Rica y Estados Unidos, expresó sus pareceres. En seguida, la sentencia final fue emitida.
“Más de 54 millones votaron por Dilma, por lo tanto, Temer es un insulto a Brasil y su gobierno no es legítimo. Además, su gobierno está compuesto por hombres blancos y ricos que no tienen nada que ver con el pueblo brasileño", afirmó la senadora francesa Luarence Cohen, durante su discurso.
Por otro lado, María José Farinas Dulce, profesora de Derecho de la Universidad de Madrid, en España, declaró que el golpe brasileño hace parte de una contra revolución neoliberal que también está siendo vivida en Europa. "Nosotros, trabajadores, estamos perdiendo derechos en todos los lugares del mundo. Están sacándonos nuestros mecanismos de integración con la sociedad. Lo que ellos quieren es atacar lo social e impedir que el discurso de lucha contra la desigualdad avance aún más”, explicó.
“Como norteamericana, condeno la postura de los Estados Unidos al no reconocer el golpe brasileño. Mi país no quiere política social que no lo privilegie. La lucha del pueblo brasileño no pude debilitarse. Como dice un proverbio de los Estados Unidos, ´intentarán enterrarnos, pero no saben que somos semillas´”, finalizó la abogada, especialista en derechos humanos Azadeh N. Shahshahani.
Durante los dos días de actividad, el teatro Oi Casa Grande, que tiene capacidad para 900 personas, permaneció lleno. Para los que no pudieron asistir, el juicio también fue transmitido por las redes sociales. Las visualizaciones online llegaron a 10 mil personas. Además, con el objetivo de hacer un registro del evento, los cineastas Silvio Tendler y Pola Ribeiro realizaron la cobertura en video para distribuir por internet no sólo en Brasil, sino también internacionalmente.
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Traducción: María Julia Giménez
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