Monsanto se entromete en la producción de orgánicos; movimientos critican violaciones
"Queremos que nuestros campesinos tengan sus semillas criollas, sin tener que pagar nada a nadie", defiende activista
Una de las mayores empresas del agronegocio del mundo tiene en la mira el mercado de orgánicos. Según una nota lanzada por Valor Econômico, Monsanto estudia certificar semillas de hortalizas para atender a la demanda del creciente segmento de productores norteamericanos volcados a la producción sin agrotóxicos.
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Sin histórico en la producción de orgánicos, incluso al revés, siendo una referencia en la difusión de agrotóxicos y transgénicos, la estrategia de Monsanto es tratar los orgánicos como un producto más en el mercado.
Según manifestó Kenneth Avery, vice-presidente global para Vegetales de Monsanto, la intensión (intención) es buscar la certificación de pocas variedades como tomate y pimentón, a fin de testar los productos. Actualmente, la empresa cuenta con 25 especies de hortalizas (no orgánicas) en 150 países, facturando en 2015 unos US$ 816 millones, lo que significa una tasa de crecimiento del 12% anual.
A pesar de la falta de certificación, y aprovechando la tendencia creciente en el consumo de productos orgánicos, las semillas de Monsanto ya son vendidas para productores de los Estados Unidos a precios más caros que las semillas transgénicas. Durante el primer trimestre de 2016, la venta de alimentos orgánicos en Estados Unidos superaron los mil millones de dólares.
Monsanto expulsa
Como uno de los ejemplos de la contradicción de la iniciativa de Monsanto en relación a los orgánicos es que en el inicio de agosto fue divulgada la noticia del desmantelamiento de la planta de elaboración de semillas transgénicas de maíz en la localidad de Malvinas Argentinas, provincia de Córdoba (Argentina). Después de tres años de movilización popular, en la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida, la empresa, que aún no anunció oficialmente, deja la ciudad.
Sofia Gatica es una de las personas que participa del bloqueo a Monsanto en Córdoba y hace parte del colectivo “Madres de Ituzaingó”, organización creada para denunciar los casos de muerte, cáncer y mal formaciones de los fetos provocados por la fumigación de los productores de soja transgénica. Para ella, la "Monsanto es muerte", “es una corporación que viene a robar la salud de sus hijos, que viene para llevar el futuro del país".
Reconocida internacionalmente por su lucha en defensa del medio ambiente con el Premio Goldman (2012), Sofia dice, en entrevista a Brasil de Fato, que la corporación produce agrotóxicos que son "fumigados en sus hijos, en las frutas, hortalizas"; "son ellos que controlan nuestro sistema alimentario. Lo que nosotros estamos exigiendo del gobierno es el derecho de eligir lo que comemos y queremos que nuestros campesinos tengan sus semillas criollas, que puedan pasarlas de mano a mano, sin tener que pagar nada a nadie".
La hija de Sofia Gatica murió tres días después de su nacimiento, cuando sus riñones dejaron de funcionar. "Así como yo, otras madres también perdieron sus hijos, con cáncer, leucemia. La lucha de esas madres garantizó importantes avances en la lucha contra los transgénicos y agrotóxicos", y también contra las fumigaciones.
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