Con el objetivo de disputar el modelo del agro negocio que domina el país considerado destructivo tanto para la naturaleza cuanto para la salud y los derechos de trabajadores, campesinos y consumidores, los proyectos de agroecología en asentamientos, campamentos y comunidades, tienen un gran destaque dentro de los valores del MST, el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra, en Brasil. Es lo que afirma Débora Nunes, integrante de la Coordinación Nacional del movimiento. “Entendemos que ellos son el fruto material de la construcción de la reforma agraria popular. Nosotros tenemos la tarea de construir alternativas que nos posibiliten resistir al modelo del agro negocio e ir buscando alternativas para enfrentarlo”, dijo.
El Grupo Gestor de Arroz Orgánico en Rio Grande do Sul es uno de los ejemplos de esas experiencias. Creado en 1999 por agricultores que quisieron subvertir el modelo de producción de arroz del agro negocio, que hasta entonces era prácticamente exclusividad en el estado, el grupo hoy reúne 570 familias de 20 asentamientos y 17 municipios. A partir de la construcción de cinco cooperativas, la producción de arroz orgánico ganó protagonismo.
“Uno de los motivos que nos hizo desistir de la producción del agro negocio de arroz es que no aguantábamos más 'dar bandera', o sea, estar en medio de la plantación indicando a las avionetas del agro negocio donde debían lanzar el veneno. Algunas familias comenzaron a producir por cuenta propia, de forma orgánica, y recibieron mucho apoyo del movimiento”, explicó el asentado Uli, un de los integrantes del Grupo Gestor.
De acuerdo con Uli, la independencia de las familias asentadas en el proceso productivo es una de las mayores conquistas del proyecto. “Tenemos total autonomía del proceso, desde las semillas hasta la comercialización. Nosotros conseguimos quebrar el paradigma de que la producción agroecológica es de patio trasero, que no da para alimentar al mundo con alimento orgánico. Nuestra producción de alimentos es de toneladas”, dijo.
Otra experiencia interesante es la realizada por el Colectivo 14 de agosto, en Rondonia, que hace 17 años construyó el proyecto de agroecología colectiva con familias del asentamiento. En la comunidad, ocupada luego de décadas de conflictos agrarios con hacendados y pistoleros, todo es compartido, desde la producción, hasta la comida y la crianza de los hijos. El asentamiento está siendo retratado en un documental producido por el Colectivo Bodoque en asociación con la Escuela Nacional Florestan Fernandes.
Las cooperativas del campesinado minero también pueden se destacan por su resistencia agroecológica. Hélia Maria Ila Silva, agricultora y asentada del MST, contó sobre el proyecto de producción de café, del cual hace parte a través de la Cooperativa Campesina, que beneficia 457 familias en la ciudad de Campo do Meio y 42 familias en el municipio de Guapé.
Nuestro deseo es agregar a todas las familias del sur de Minas Gerais y decir que vale la pena. La elección de nuestros productores de producir orgánicamente muestra que no sirve de nada que nosotros vayamos a las calles de la ciudad, organicemos marchas, si allá en el lote estamos del lado del agro negocio y del veneno. La idea es tomar en serio y tener una vida saludable, no sirve de nada pelear contra el agro tóxico si allá en nuestras áreas nosotros no cambiamos ese sistema”, denunció Hélia.
Otros proyectos
Los proyectos de agroecología campesina, entretanto, no involucran apenas la producción alimentaria. La Escuela Latinoamericana de Agroecología (ELAA), inaugurada en 2005 por la Vía Campesina con el objetivo de formar educadores en nivel superior (tecnología) en agroecología, viene probando que la inversión en la educación de los campesinos también es esencial para la resistencia al agro negocio.
Según Simone Rezende, integrante de la Coordinación Política y Pedagógica de la escuela, ya tenemos tres promociones concluidas: 126 tecnólogos, de 18 estados brasileiros y 8 países latinoamericanos, formados por la ELAA. “La base de la escuela es construir un proyecto de educación en agroecología para ocupar la temática en la enseñanza superior sin perder de vista el interés práctico de aplicar ese conocimiento con campesinos del país y de América Latina”, afirmó.
La concepción de la salud a través de la agroecología también es defendida por el MST. Experiencias como la del Proyecto de Salud Popular y Agroecología de Bahia trabajan la salud de asentados del movimiento a través del uso de plantas medicinales plantadas por los propios agricultores.
El Proyecto involucra tres municipios y nueve comunidades bahianas. De acuerdo con el profesor Glauco de Cruz e Vilaboas, coordinador del Núcleo de Gestión y Salud Pública de FIOCRUZ, y un de los organizadores del proyecto, “ este contribuyó al desarrollo socio ambiental y sanitario de las familias”.
Las diferentes prácticas de resistencia de los campesinos a través de proyectos de agroecología en el país fueron tema del seminario que ocurrió este viernes, en la II Feria Nacional de Reforma Agraria del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin-Tierra (MST), que termina este domingo (7) en São Paulo.
Edición: Anelize Moreira | Traducción: Pilar Troya