“No le quedó otra opción al presidente de la República, Nicolás Maduro, que buscar una salida constitucional que abra un amplio debate sobre la manera en que los venezolanos quieren vivir”, explicó el ministro Elias Jaua, que coordina el proceso constituyente en el país. Desde el 1º de mayo, cuando Maduro anunció la convocatoria de una Asamblea Popular Constituyente, la población del país viene debatiendo apasionadamente sobre la legitimidad y la importancia del proceso.
Si por un lado el tema tiró gasolina al discurso ya inflamado de la oposición, por otro, dio aliento a los miembros del gobierno al traer para la agenda política un tema de importancia nacional. Enfrentando una de sus más graves crisis políticas y económicas, con protestas violentas prácticamente de dos en dos días, el gobierno Maduro intenta atender a las clases populares con la promesa de transformar en constitucionales las políticas públicas bien evaluadas por la población. Sin embargo, la oposición convoca a los venezolanos a desconocer la convocatoria.
No se sabe quién va a ganar el embate, pero en este momento el gobierno está apostando todas las fichas en esta Asamblea Nacional Constituyente, con la esperanza de salir de la crisis política y ganar fuerza para los próximos embates electorales, que deben ocurrir en diciembre, con las elecciones regionales.
Para coordinar ese proceso, Maduro eligió a Elias Jaua, uno de los políticos con más experiencia del chavismo, ex diputado constituyente en 1999, ex vicepresidente, ex canciller, y ministro de diversas áreas en los gobiernos de Hugo Chávez (1999-2012). Actualmente, ostenta el cargo de ministro de la Educación junto a la coordinación del proceso de instalación de la Constituyente. Sobre el tema, Brasil de Fato realizó una entrevista exclusiva con el político chavista.
Brasil de Fato: ¿Por qué el gobierno Maduro decidió instalar una Asamblea Nacional Constituyente en este momento que vive Venezuela?
Elias Jaua: El gobierno de Venezuela percibió los evidentes indicios de que la oposición tomó el camino de la violencia armada para intentar producir una guerra civil en el país. A esto debemos sumarle su injustificable negación de continuar el diálogo político. Diálogo este que sigue siendo acompañado por la Unasur [Unión de las Naciones Suramericanas] con la presencia de los ex presidentes [José Luis Rodríguez] Zapatero, Leonel Fernández y Martins Torrijos [España, República Dominicana y Panamá, respectivamente] y su santidad el Papa Francisco. Por lo tanto, no le quedó otra opción al presidente de la República que no sea buscar una salida constitucional que abra un amplio debate sobre la manera en que los venezolanos quieren vivir.
Para eso, ¿no existen las elecciones?
El problema en Venezuela no es electoral. Lo que necesitamos es construir una base común para la convivencia, a partir de un modelo de inclusión que sea reconocido por las élites. La actual Constitución reconoce este modelo de inclusión social, pero ha sido desconocido por las élites. Frente a eso, el presidente Nicolás Maduro quiere someter al debate de la nación la pertinencia o no del actual modelo de inclusión y de igualdad. No vamos a hacer un pacto con las élites. Ni puede ser un mecanismo con lo cual las élites, con un golpe, con una guerra, con la intervención extranjera, impongan su modelo. El pueblo es quien debe decidir. Por eso convocamos la Constituyente, que es un instrumento previsto en la Constitución de Venezuela.
¿Por qué usted fue el elegido para coordinar ese proceso?
El presidente seleccionó una comisión de mayoría de miembros que fueron constituyentes (1999). Imagino que haya sido ese el criterio.
Ya circula en las redes sociales la información de que esa nueva Constitución no va a garantizar los derechos individuales y de propiedad
Es falso. El decreto del presidente, basado en el artículo 348 de la Constitución, propone nueve líneas programáticas que son propuestas de agenda para el debate en la Asamblea Nacional Constituyente. La segunda línea programática, después de “Paz y convivencia” es “Profundización y desarrollo de un modelo de economía mixta” a partir de una nueva situación, que es la caída estructural del precio del petróleo. La Constitución de 1999 está basada en una economía mixta sustentada en la renta petrolera. Nosotros proponemos que esta nueva Constitución se base en una economía mixta que reconozca la propiedad privada, pero también reconozca el papel del Estado, la propiedad estatal, la propiedad pública y otras formas, como áreas gestionadas por trabajadores. Estas formas pueden coexistir. El segundo decreto de las bases legales, en su último artículo, establece que la constituyente tiene la obligación de mantener el carácter progresivo a todos los derechos. Tendrá que ser fiel a la tradición republicana, democrática, respetando la libertad civil, individual y económica del pueblo venezolano.
Con tantas cámaras sectoriales participando del proceso constitucional, un diputado constituyente por cada municipio, ¿No hay riesgo de que el nuevo texto se vuelva burocrático, con mucha reglamentación?
Los constituyentes consideran que nuestra actual Constitución tiene muchos reglamentos, porque se incluyeron en ella muchos artículos de carácter legislativo. Es necesario tener cuidado, porque en una Asamblea Nacional Constituyente, todos los sectores quieren constitucionalizar temas propios. Pero nosotros confiamos en que la mayoría constitucionalista tendrá que debatir mucho con todos los sectores para evitar hacer una Constitución con demasiados reglamentos.
¿Cómo serán las elecciones para los diputados constituyentes?
Será una elección secreta, universal y directa. Tanto en el ámbito territorial, en los municipios, como para el ámbito de los otros sectores.
La Asamblea Nacional Constituyente en Brasil duró un año. ¿Aquí llevará un tiempo similar?
Es un tema que le corresponde a la propia asamblea. Seguramente decidirán un tiempo promedio de lo que son las asambleas nacionales constituyentes. La nuestra de 1999 fue de seis meses y fue muy un plazo muy apretado. En mi opinión, debe llevar un poco más de tiempo.
¿Usted tiene esperanza de que la participación popular pueda aproximar nuevamente a quienes apoyan al gobierno y a la población, que está distante e insatisfecha?
Ojalá. Lo que queremos es que los sectores populares descontentos, críticos, hagan sus críticas, propuestas, y el espacio constituyente se convierta en un nuevo impulso al proceso revolucionario, con rectificaciones, y con la aparición de nuevos líderes. Todos los actuales gobernadores y ministros surgieron de la Constituyente de 1999. Ojalá que surjan sectores de la oposición, líderes sociales, líderes nacionales que son contrarios a la Revolución bolivariana pero que son a favor de la patria.
La oposición ha criticado al gobierno por cuenta del atraso de la agenda electoral de los gobernadores, pero ahora existe una fecha, 10 de diciembre. ¿Cómo el gobierno va a garantizar dos procesos electorales en un mismo año, las elecciones de diputados constituyentes y las elecciones regionales?
En primer lugar, no corresponde al gobierno fijar la agenda elecciones. Aquí hay separación de poderes, y eso es responsabilidad del Poder Electoral. (La Constitución venezolana considera los poderes ejecutivo, judicial, legislativo y electoral). El cronograma electoral estaba siendo cumplido (el año pasado). La primera etapa fue la legalización de los partidos políticos a partir del cociente electoral. Esa etapa se cumplió el primer semestre, pero se atrasó por la escalada de violencia.
¿Ya existe cronograma para la organización de las dos elecciones?
El CNE (Comité Nacional Electoral) va a divulgar los cronogramas de las dos elecciones.
¿La oposición va a participar de las elecciones para gobernador?
Ellos han dicho que no. El problema no es electoral, el problema fundamental es que tenemos una élite económica y política con déficit de democracia, que no apuesta en las elecciones, sino en ganar poder a la fuerza, para desconocer a la gran mayoría del pueblo.
¿Tiene esperanza de que algunos sectores de la oposición participen de la Asamblea?
Es el llamado que seguimos haciendo, principalmente a los sectores más moderados de la oposición, los que tienen conducta democrática. Estamos seguros de que si las direcciones de los partidos de oposición agrupados en la MUD (Mesa de Unidad Democrática, agrupación que reúne a los principales partidos de oposición al chavismo) deciden no participar, participarán dirigentes de otros partidos de oposición, dirigentes sindicales y alcaldes de oposición. Es la oportunidad que tienen de liberarse del yugo de la cúpula de la MUD, que controla dinero, medios de comunicación, e impone una agenda de violencia. Será una gran oportunidad para que aparezcan nuevos liderazgos opositores que amen a Venezuela.
El gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, llamó al pueblo venezolano a desconocer la Asamblea Constituyente. ¿Qué opina al respecto?
Imagine a cualquier gobernador de Brasil llamando a la población a desconocer a las autoridades nacionales, a desconocer al Ejército. Un gobernador que va a Brasilia, São Paulo, tranca las calles, promueve escenarios propicios hasta para que ocurran asesinatos. Debería haber una investigación penal, porque él tiene inmunidad por ser líder político.
¿Por qué la oposición ha dicho que el chavismo está interpretando la Constitución a partir de sus propios intereses?
Los artículos no dejan espacio para especulaciones. Los tres artículos establecen, primero, el reconocimiento al “poder original”, que es el pueblo y su soberanía, que en ejercicio de ese poder, puede convocar una Asamblea Constituyente. Además, el artículo 348 nos indica a través de quién convocar: el presidente de la República, la propia Asamblea Nacional, el Consejo de Ministros, los consejos municipales o con el 15% de firmas de los ciudadanos venezolanos.
La oposición dice que es necesario un referéndum para que la población diga si debe haber o no una Asamblea Nacional Constituyente...
Quiero aclarar: cualquier jurista sabe que, cuando existen esas dudas, vale el espíritu de la constituyente. En la Asamblea Constituyente [de 1999], específicamente, se debatió el tema. Dijeron algunos diputados constituyentes que había una necesidad de incluir un referéndum para activar la Constitución. Fue debatido, y fue negado, porque fue considerado innecesario preguntar si las personas quieren o no una Constituyente, porque eso ya estaba en la Constitución. Lo que quedó es que sean establecidos claramente los mecanismos para activar la llamada a una nueva Carta Magna.
Traducción: Marcelo Aguilar
Edición: Vanessa Martina Silva
