En su visita a Brasil, el economista Cosmas Musumali, secretario general del Partido Socialista de Zambia, criticó a los movimientos de izquierda que a lo largo de los años han formulado una revolución sin pensar en la temática del racismo: “Ninguna lucha se puede hacer esperar. Hay que tener espacio para todas las luchas aquí y ahora. Sabemos que en la lucha de clases se debe incorporar las cuestiones sobre raza y género”.
Musumali conversó con Brasil de Fato este mes en la Escuela Nacional Florestan Fernandes (ENFF), en Guararema, ciudad localizada en el estado de São Paulo, donde ha participado de un seminario sobre el pensamiento panafricano.
En la segunda mitad del siglo veinte, el panafricanismo reunió afrodescendientes de las Américas y El Caribe en torno de los derechos de las comunidades negras y de la liberación de los territorios colonizados en el continente africano.
Según el economista, el interés por el tema del panafricanismo está creciendo entre activistas y teóricos brasileños.La publicación de la obra “Lucha de clases en África”, de Kwame Nkrumah es uno de los ejemplos. Nkrumah, que llegó a la presidencia de Gana el 1960, es uno de los principales exponentes del movimiento. Su obra fue publicada en los 70, pero solo el año pasado se publicó una edición brasileña.
Musumali explica que el panafricanismo tiene por objetivo la emancipación de las comunidades negras. “Hay que comprender que el panafricanismo se trata de una plataforma necesaria para la lucha de los pueblos africanos y sus descendientes, que tienen que enfrentarse a situaciones específicas”, dijo.
Referente a la aplicación de la teoría en Brasil, Musumali resalta la importancia que tiene en este momento de lucha contra el parlamentario que destituyó a la presidenta Dilma Rousseff. Para él, hay que “tener una posición formulada conjuntamente a respecto de lo está ocurriendo” porque “los descendientes de los africanos en Brasil son los más afectados por las reformas en el país”.
El militante ha trabajado en diversos países africanos e impartió clases en la Universidad de Zambia y en la Phillips University, en los Estados Unidos de América. El año pasado se candidató a la vicepresidencia de Zambia por el Rainbow Party, partido socialista de Zambia. Hoy día se dedica a la militancia política - que define como la construcción de bases para un futuro justo y humano para Zambia y para África.
Aquí los principales momentos de la entrevista:
Brasil de Fato: El libro de Kwame Nkrumah “Lucha de clases en África”, de 1970, tuvo su primera edición brasileña publicada recientemente. ¿Cuál es el interés por el libro hoy?
Cosmas Musumali: El capitalismo está en crisis y por mucho tiempo nos quedamos satisfechos con explicaciones neoliberales.
Entonces las ideas de pensadores como Nkrumah surgen como uno de los abordajes sobre la lucha de clases. La crisis hace con que muchas personas estudien para intentar comprender lo que pasa con el capitalismo.
Además, está claro para los países africanos que sus independencias fueron formales y no económicas. La búsqueda por respuestas más humanizadas para el continente africano hace con que las ideas de personas como Nkrumah se vuelvan más interesantes.
Por un largo periodo de tiempo, Nkrumah fue considerado un panafricanista que no creía en el socialismo africano. Pero no es verdad, porque tras el golpe [Nkrumah fue presidente de Ghana entre 1960 y 1966, cuando sufrió un golpe de Estado] se dedicó a estudiar y a escribir sobre lo que es el socialismo. Su socialismo se basa en la lucha de clases. Por eso actualmente se volvió más interesante.
¿Cómo se puede definir el panafricanismo hoy?
El panafricanismo siempre habló de la emancipación de los pueblos africanos y sus descendientes, lo que no ha cambiado. Desde 1760 el espíritu del panafricanismo está presente en los descendientes de africanos. En este periodo sus exponentes creían en la religión como modo de emancipación.
A mediados de 1890 el movimiento se aproximó a las reivindicaciones de los derechos civiles. Y desde 1945 el panafricanismo habla sobre los derechos políticos. El 1960 se asumió contra el neocolonialismo y la opresión de los pueblos africanos en todas las partes del mundo.
El conteúdo puede haber cambiado, pero no el objetivo básico, que es la emancipación . En el futuro, el panafricanismo hablará también sobre la emancipación, además de considerar a otras dimensiones más amplias, como la política racial, el ambientalismo, género y la lucha contra las estructuras patriarcales.
Hay que comprender que el panafricanismo se trata de una plataforma necesaria para la lucha de los pueblos africanos y sus descendientes, que tienen que enfrentarse a situaciones específicas.
Cabe recordar que la explotación y la desigualdad no son exclusivas a los africanos y sus descendientes, entonces, trabajar junto a otros pueblos es importante. Por ejemplo, luchar por el feminismo, contra sexismo o por los derechos de los indígenas es deber de los panafricanistas.
¿Cuál es la contribución del pensamiento marxista para el panafricanismo?
Desde el comienzo los marxistas se involucraron con el panafricanismo, entonces fue posible pensar que la lucha de clases no niega al racismo, pero lo presenta como parte de ella.
A lo largo del tiempo, los marxistas también cometieron errores. Algunos de ellos han ignorado el racismo. Algunos pensaban en hacer primero la revolución para después pensar en el racismo, una argumentación simplista.
Ninguna lucha se puede hacer esperar. Hay que tener espacio para todas las luchas aquí y ahora. Sabemos que en la lucha de clases se debe incorporar las cuestiones sobre raza y género. Es muy difícil separar marxismo y panafricanismo. Si los separan, el marxismo se vuelve mecánico y el panafricanismo reducido.
El último año, tras el golpe de Estado en Brasil, partidos políticos y movimientos sociales buscan la construcción de la unidad en el país. ¿Cómo el pensamiento panafricanista puede ayudarnos en este proceso?
A mí me parece que las tendencias fascistas siempre actúan en el campo cultural y en el campo económico. Pero no tienen hegemonía. Trabajar en unidad en contra el gobierno que tiene Brasil hoy me parece urgente. La fragmentación me parece un lujo.
El panafricanismo en Brasil tiene que formular una posición conjunta a respeto de lo que está ocurriendo. Los afrodescendientes en Brasil son los más afectados por las reformas en el país, por lo tanto es necesario luchar aún más y trabajar con los demás movimientos de la izquierda.
El panafricanismo no es importante solo en Brasil, sino el mundo entero. Entonces los que están fuera del país deben apoyar a los que están acá. Del mismo modo que hablamos que las vidas negras importan en los EEUU [se refiere al movimiento Black Lives Matter] desde hace algunos años, hay que hablar: ‘no destruyan a las vidas en Brasil ni al estado de bienestar que existía acá’. Estas deben ser las demanda de todos los africanos, no importa donde estemos.
Según algunos datos, la población de África aumentará mucho en los próximos años y la población de Europa disminuirá. ¿Cuál será el impacto de este cambio en el mundo?
Este crecimiento creará una nueva cara para el mundo. En cien años vamos a encontrar más cuerpos y rostros africanos. Serán la mayoría, pero aunque sin poder económico y político. Hay que tener en cuenta que el crecimiento poblacional será liderado por África - el continente más pobre del mundo. Entonces es necesario planificar los impactos para que la mayor parte de la población del mundo no sea marginalizada com es actualmente.
La buena noticia es que para esta población negra y joven habrá mayor acceso a la educación y ellos también viajarán más. Con el desarrollo de las tecnologías se quedarán en contacto más fácilmente. La cuestión principal es: ¿cuáles serán los valores compartidos por esta población en el mundo? La idea es que compartan valores de igualdade, de honestidad y solidaridad. Valores que ayudarán a cambiar la sociedad del futuro. Si hablamos en panafricanismo, hay que trabajar con estos valores para construir un mundo mejor. Por casualidad, estos son los valores del socialismo.
Edición: Vanessa Martina Silva | Traducción: Luiza Mançano