Fabiano Soares dos Santos Tembé agora se llama Pytàwà Fabiano Warhyti Soares dos Santos Tembé e Márcia Vieira da Silva aguarda el cambio de su registro. En cuanto se solucione la cuestión burocrática, podrá presentar en su documento de identidad el nombre por lo cual se reconoce: Márcia Wayna Kambeba. El derecho le fue garantizado por medio de un proyecto del Núcleo de Defensa de los Derechos Humanos y Acciones Estratégicas del Defensor del Pueblo de Pará, estado de la región Norte de Brasil.
Hasta hoy dos mil indígenas solicitaron al núcleo la alteración de sus registros de nacimiento para añadir sus nombres ancestrales.
Los escribanos habían impedido que Pytàwà y Márcia hicieran el registro de sus nombres ancestrales en los sitios donde vivían. Pytàwà que hoy tiene 31 años cuenta que a sus padres les informaron, en el momento del registro, que los escribanos no podrían registrar nombres ancestrales que identificara al niño como indígena. Como argumento, los escribanos dijeron a sus padres que el acto representaba una protección contra la violencia y el prejuicio.
Cuando cumplió 14 años y fue a vivir con su tía en el Territorio Indígena Mãe Maria (Madre María), donde vive hasta hoy con el pueblo Gavião Parkatêjê, en el municipio Bom Jesus do Tocantins, en la región sudeste de Pará, Pytàw percibió que, excepto él, todos sus amigos de su misma edad tenían en sus registros sus nombres indígenas.
"Nosotros siempre nos poníamos apodos. Por ejemplo, muchos amigos míos acá se llaman Ricardo, José, pero cuando presentaban sus documentos estaban sus nombres indígenas. Algo que para mí era muy importante, porque me identificaba con un nombre y cuando presentaba mi registro había otro nombre, un nombre no indígena con el cual no me sentía representado", cuenta Wyana Kiana
Él cuenta que fue blanco de chistes en la escuela, sufrió prejuicios y siempre tenía que explicar a las personas que aunque sea indígena, tenía un "nombre de hombre blanco". Pytàwà todavía piensa en eliminar el nombre "Fabiano" de su registro de nacimiento, nombre con el cual no tiene una relación afectiva.
La historia de Pytàwà no es una historia excepcional para los indígenas. Márcia Kambeba comparte la misma narrativa. En el mundo de los blancos, se llama Márcia, cuando está en la aldea, se llama Wyana Kiana, que significa "muchacha delgadita que canta".
A punto de añadir el nombre ancestral en sus documentos, habla sobre la importancia de poder ejercer el derecho de identificarse como indígena y mantener la ancestralidad de su pueblo:
"Tener un nombre indígena es importante para fortalecer nuestro pueblo, mantener encendido el fuego de la ancestralidad, de nuestra memoria y resistencia. Representa la continuidad de la lucha, de los saberes y de permanencia de nuestro pueblo, porque se nos negó ese derecho".
El defensor del pueblo que pertenece al Núcleo de Defensa de los Derechos Humanos y Acciones Estratégicas explicó que la Constitución Federal reconoce la existencia de grupos sociales que tienen un gran diversidad social y cultural, término que en el derecho se denomina pluralismo judicial, reconocido por la Convención 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT). Sin embargo el derecho todavía es descumplido por los escribanos.
Giffoni dice que la defensoría de Pará comenzó a volver efectivo el pluralismo judicial en las aldeas en Pará el 2011. El proyecto es realizado en sociedad con el Ministerio Público Federal y Estatal y con organizaciones indigenistas e indígenas.
"Cuando nosotros empezamos a trabajar por el derecho a la identidad de los pueblos indígenas como modo de garantía y herramienta para el mantenimiento del derecho territorial, nosotros fortalecemos la lucha de eses pueblos por la garantía de sus territorios", dice.
El proyecto es uno de los finalistas del 14° Premio Innovare. La divulgación de los premiados será en el día 5 de diciembre en ceremonia a realizarse en el Supremo Tribunal Federal, en Brasília, Distrito Federal.
Edición: Vanessa Martina Silva | Traducción: Luiza Mançano