Sea cual sea el resultado del juicio en segunda instancia de Luiz Inácio Lula da Silva el día 24 de enero, en la ciudad de Porto Alegre (en la región sur de Brasil), no hay posibilidad judicial de que se decrete su prisión inmediatamente. El propio Tribunal Regional Federal de Cuarta Región (TRF-4) -que está a cargo del caso- señaló que hay recursos de apelación aún en segunda instancia.
Según el comunicado divulgado por el tribunal "en caso de que se confirme la condena, la determinación de la ejecución provisional de la pena por el TRF4 solo ocurrirá después del proceso de apelación". La condena en primera instancia como blanco en el ámbito de la operación Lava Jato -relacionado al "tríplex de Guarujá"- tuvo su primera sentencia pronunciada el 12 de julio pasado por el juez Sérgio Moro.
Durante todo el proceso, los abogados de Lula, Cristiano Zanin Martins y Valeska Martins, afirman y presentan pruebas de que Lula es inocente de las acusaciones. Tras la decisión del juez Moro, ellos declararon que "el presidente Lula es inocente. Por más de tres años Lula está siendo blanco de una investigación con motivación política. No se han producido pruebas creíbles de culpabilidad, y una abrumadora prueba de su inocencia fue descaradamente ignorada".
Si los tres jueces de la octava sala del TRF4 condenan a Lula, la defensa podrá pedir explicaciones sobre algunos puntos del informe, a través de recursos de apelación y si acaso la decisión no es unánime, es decir, dos votos a favor y uno en contra, se pueden presentar recursos para que los puntos en discordancia sean analizados.
Sólo tras el resultado de dos recursos de apelación se podría decretar la prisión. El Supremo Tribunal Federal (STF) del país decidió en 2016 que la ejecución de la pena puede ocurrir tras la condena en segunda instancia, antes del fin del proceso, como prevé la Constitución. Aún así, no se trata de una obligatoriedad.
"Esa es una de las posibilidades. Algunos ministros del propio STF mantienen su posición de no admitir la ejecución provisional de pena", contextualiza el abogado Iván de Franco.
Candidato
Aunque se condene a Lula en segunda instancia, suficiente para que se impugne su candidatura de acuerdo con la Ley de Ficha Limpia [sancionada por el propio Lula en 2010, y que veta la candidatura de personas condenadas por crímenes en segunda instancia], el ex presidente puede continuar como candidato a la Presidencia de la República, como explica Diogo Rais, profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie, especialista en derecho electoral.
"La causa de la inelegibilidad y la aplicación de la inelegibilidad son cosas diferentes. La causa puede tener varios factores y la aplicación es algo exclusivamente electoral que depende de una decisión [de la Justicia] electoral. No existe inelegibilidad automática, pues depende de un proceso específico", señala.
Por lo tanto, solo se podría impugnar la candidatura de Lula a la Presidencia después de la solicitud de inscripción de la candidatura por el Partido de los Trabajadores (PT), que debe ocurrir hasta agosto de este año.
Entienda
Según el Frente Brasil de Juristas por la Democracia, em artículo publicado en Brasil de Fato, luego de transcurridos cinco días de la inscripción de la candidatura, los adversarios podrán solicitar la impugnación de una candidatura con base en la Ley de Ficha Limpia, y entonces el Tribunal Superior Electoral (TSE) deberá realizar un proceso propio, que incluye: notificación para rendir declaraciones, respeto a la defensa amplia, realización de audiencias y análisis de pruebas para entonces decidir si hay razones o no para la impugnación.
Especialistas en cálculos electorales estiman que aunque haya cohesión en los órganos jurisdiccionales en cuanto a la prisa para definir el escenario electoral de 2018, los plazos son cortos entre la decisión (impugnar la candidatura) y la apelación ante el STF -última instancia de decisión- y difícilmente se juzgaría el caso antes de octubre, cuando están marcadas las elecciones. Durante todo ese tiempo Lula da Silva deberá permanecer en campaña electoral.
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Edición: Nina Fideles | Traducción: Luiza Mançano