El juez Ricardo Augusto Soares Leite, de la 10ª Sala Federal Criminal de Brasília, absolvió al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva del crimen de obstrucción a la justicia este jueves (12). El proceso fue iniciado a través de un pedido de la Procuraduría General de la República (PGR), a partir de la delación premiada de un ex senador brasileño, Decíldio do Amaral, que acusó a Lula de haber pedido su intervención para evitar la delación premiada del exdirector de Petrobras, Néstor Cerveró.
El magistrado afirma en la sentencia que la “colaboración premiada, así como el testigo de otros reos no tienen la credibilidad suficiente para cualquier juicio condenatorio”. Otras seis personas también fueron absueltas, entre ellas, el propio senador Decíldio do Amaral.
A través de una nota, la defensa de Lula afirmó que “siempre demostró que la acusación estaba basada en una versión creada por Delcídio do Amaral para obtener favores en el acuerdo firmado con el Ministério Público Federal. Durante el proceso, Cerveró, así como los demás testigos escuchados - de acusación y defensa -, jamás confirmaron cualquiera participación de Lula en actos con el objetivo de interferir en la delación premiada del ex director de la empresa petrolera”.
En el alegato final, el Ministério Público Federal (MPF) reconoció la ausencia de pruebas que demostraran la culpabilidad y solicitó la absolución de los reos. Para los abogados del ex mandatario, pese a que sean procesos distintos,la sentencia que absolvió a Lula este jueves (12) ‘ evidencia aún más el carácter ilegítimo de las decisiones que lo condenaron en el caso del triplex”.
“Mientras el juez de Brasília, de modo imparcial, rehusó valor de prueba a la delación premiada de Delcídio do Amaral por ausencia de elementos de corroboración, el juez de Curitiba dio valor absoluto a la declaración de un reo y delator informal para condenar a Lula. Se espera que prevalezca la justicia también en el caso del triplex, para restablecer la plena libertad de Lula”, dijo la nota, firmada por el abogado Cristiano Zanin Martins.
Edición: Juca Guimarães | Traducción: Luiza Mançano