Aunque diga que no tiene nada que ver con el actual gobierno federal, Bolsonaro es fiel a los intereses de Temer. Su partido (PSL) estuvo a favor de casi 68% de las votaciones que el actual presidente de la República impulsó en la Cámara. Bolsonaro votó a favor, por ejemplo, de la propuesta que limita los gastos del gobierno en educación y salud; y también estuvo a favor de la eliminación de derechos de los trabajadores con la reforma laboral. Ah, vale recordar que el votó contra la propuesta que garantizaba derechos como vacaciones y 13º salario para las empleadas domésticas.

El Brasil de Bolsonaro promete ser un país con menos dinero en el bolsillo de los trabajadores. El vice candidato de Bolsonaro, general Mourão, cree que derechos como 13º salario y vacaciones pagadas son exageraciones de nuestro Código del Trabajo (CLT). "Si recaudamos 12, como pagamos 13? Es complicado. Es el único lugar en el que la persona comienza sus vacaciones y gana más. Cosas nuestras, legislación que está ahí".

Con un patrimonio declarado a la justiça electoral de R$ 2,2 millones, Bolsonaro cree que el número de brasileños que reciben R$ 187 (US$ 51) por mês del Bolsa Familia es exagerado. Actualmente, 13,7 millones de personas son beneficiarias del programa. En sus discursos, el candidato ya ironizó el uso del Bolsa Familia en el Nordeste, alegando que por allá las personas no trabajan solo para ganar el benefício. Duda: quién dejaría de trabajar solo para ganar míseros 50 dólares?

A pesar de presentarse como "nuevo" en nuestra política, Bolsonaro es diputado federal por Rio de Janeiro hace 24 años. Ah, y cambió de partido 9 veces en ese tiempo. Por otra parte, la saga continua con su familia Bolsonaro, ya que además de el, tres de sus hijos ejercen mandatos parlamentarios. Incluso siendo dueño de un apartamento en Brasilia y de que políticos de su familia son dueños de 12 inmuebles, no abandonó el beneficio de ayuda-vivienda de cerca de R$ 4.000 (US$ 1.100) mensuales.

Ni las filas en los hospitales, ni la falta de remedios en los poblados de Brasil convencen a Bolsonaro de invertir más en salud pública. El fue el único candidato que en estas elecciones no defendió más recursos para el área en su plan de gobierno. Vale recordar que el SUS atiende al 80% de la población y fue un hospital público el que evitó que el candidato del PSL sufrieras consecuencias más graves de la cuchillada que le dieron durante la campaña presidencial en Juiz de Fora (estado de Minas Gerais), en septiembre.

Bolsonaro pretende empeorar aún más la situación del descuento del impuesto de renta para familias pobres. El propone que la tasa de descuento (la llamada alícuota) del tributo sobre el salario sea la misma para toda la población: 20%. O sea, quienes ganan 2 salarios mínimos pagarían un valor proporcionalmente igual a aquellos que ganan 30. En el extremo opuesto, su rival en las elecciones, Fernando Haddad, promete eximir del IR a quien gana hasta 5 salarios mínimos.

Aunque el lema de Bolsonaro sea “Brasil encima de todo”, las medidas aprobadas por el en el Congreso Nacional muestran que el candidato no está tan comprometido com los intereses de nuestro país.

1-) El gobierno de Temer entregó la explotación de la capa de petróleo Pre-sal (que era exclusividad de Brasil, vía Petrobras) a empresas extranjeras. Bolsonaro votó a favor de la medida.

2-) La venta de la brasileña Embraer a los Estados Unidos (y que aún aguarda evaluación del gobierno se puede ser hecha o no) conta com apoyo del candidato del PSL. La medida coloca en riesgo desde empleos hasta la defensa del país, ya que la estatal es responsable por producir aeronaves para protección de nuestro espacio aéreo

Con apenas tres años de carrera militar, en 1986, Bolsonaro fue preso acusado de planear explotar bombas en cuarteles del Ejército y otros locales de Rio de Janeiro, además de escribir informaciones sobre el asunto en un artículo en la revista "Veja". El objetivo sería presionar al gobierno a dar aumento salarial a las Fuerzas Armadas. El negó la autoría del plan, pero la pericia de la Policía Federal concluyó que las anotaciones eran suyas. Bolsonaro reconoció la autoría del artículo en 1988.