Las aguas cristalinas del río Paraopeba en el municipio São Joaquim de Bicas, en la región metropolitana de Belo Horizonte, en Minas Gerais, fueron invadidas por el barro tóxico después de la ruptura de la represa en Brumadinho y cambiaron de color. Lo que antes era cristalino ahora tiene textura densa y color marrón. El desgarrador escenario empeora con la descomposición de los peces.
El río Paraopeba, uno de los principales afluentes del río São Francisco, prueba que la ruptura de la represa no afectó solo a los habitantes de la comunidad Córrego do Feijão.
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En el campamento Patria Libre, del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), 400 familias producen alimentos sin agrotóxicos. La comercialización de los alimentos producidos en el campamento en la carretera BR 040, que conecta los municipios de Brumadinho y Betim, es la principal fuente de ingreso de algunos productores.
Una de estas productoras es Ângela Fernandes Costa, que comenta que no se puede medir el impacto del crimen en la rutina del Campamento Patria Libre. “¿Cómo vamos a regar nuestras plantas? ¿Vamos a utilizar el veneno, el barro tóxico del río, para regar las plantas? Si los peces están muriendo, ¿qué decir sobre las plantas?”, compara. “Todo es tóxico. No tenemos el hábito de utilizar químicos en nuestros plantíos. Nuestra alimentación es sana. No hay veneno en nuestra comida”, asevera.
La contaminación de la que los habitantes del campamento Patria Libre son testigos fue confirmada por la Secretaría de Agricultura, Pecuaria y Suministro. La empresa de Asistencia Técnica y Extensión Rural del estado de Minas Gerais (EMATER) recomendó no utilizar las aguas del río Paraopeba para riego, consumo animal o actividades domésticas. “Los manantiales contaminados directamente por los relaves pueden contener substancias químicas perjudiciales para la salud humana y animal”.
Antecedentes
Ubicado en São Joaquim de Bicas, el campamento Patria Libre nació hace un año y ocho meses. La presencia de militantes del MST cambió el lugar. El pasto se convirtió en lotes, plantíos y huertas. Los habitantes construyeron una escuela y empezaron a discutir la importancia de la reforma agraria, de la agroecología y de la producción de alimentos sanos.
Edición: Daniel Giovanaz | Traducción: Luiza Mançano