La Brigada Médica Internacional Henry Reeve fue fundada en Cuba para ayudar a las víctimas del Huracán Katrina, que afectó a Nueva Orleans, en el estado de Louisiana en 2005, pero el presidente George W. Bush impidió a sus miembros viajar al país. Sin embargo, la idea de solidaridad irrestricta se mantuvo viva, con la brigada actuando en diversos países y, ahora, adquiriendo importancia redoblada en un mundo afectado por el calentamiento global y con fenómenos meteorológicos cada vez más violentos.
Desde el 29 de marzo, 40 voluntarios cubanos - 16 médicos y 24 profesionales de salud, entre enfermeras, trabajadores de laboratorio, de logística y psicólogos - se dividen en 7 carpas instaladas en un gimnasio en Beira desactivado para atender a las víctimas del ciclón Idai - que afectó a Mozambique, Malawi y Zimbabue entre el 4 y el 21 de marzo, cuyo número total de muertos supera los 1.000, un 60% solo en tierras mozambiqueñas. En este país, datos de la ONU señalan que 1,8 millones de personas fueron afectadas por la destrucción causada por el fenómeno climático y muchas de ellas perdieron sus casas y están desalojadas. Otros están en riesgo y sufren enfermedades como cólera, intensificadas por el desastre.
Acompaña la cobertura fotográfica por Rafael Stedile:
Por esa razón, el trabajo de los cubanos es esencial para salvar vidas en una de las ciudades más afectadas por la tragedia. Coordinada por el epidemiólogo Dr. Rolando Piloto, de 55 años, la brigada realiza exámenes de laboratorio y cirugías en más de 600 mozambiqueños por día, de lunes a sábado y guardias médicas los domingos.
Hasta el momento, 7.000 personas - 54% mujeres, 16% niños y adolescentes - fueron asistidas gratuitamente. Más de 50 cirugías fueron realizadas en el lugar. El trabajo clínico, quirúrgico y diagnóstico cuenta también con donaciones de medicinas y apoyo psicológico.
Aunque todos los ciudadanos de Beira hayan sido afectados directa o indirectamente por el ciclón Idai, los problemas presentes en el campamento no se relacionan directamente con las consecuencias del ciclón. Entre las causas más comunes están enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y enfermedades respiratorias agudas.
“Me gusta porque aquí somos todos tratados como iguales. Todos tienen que esperar la cola para ser atendidos, no se favorece a los que tienen plata o influencia en un hospital”, dijo Aida Lucia, de 28 años, que llevó a su hija para recibir atención y también recibió atención médica básica.
*Rafael Stedile es fotógrafo y viajó por invitación de la Acción Académica para el Desarrollo de las Comunidades Rurales (ADECRU), una entidad local que está apoyando nuestra cobertura. Integra la Brigada de Solidaridad de la Vía Campesina, que reúne militantes, profesionales de salud y trabajadores rurales de movimientos populares brasileños.
Edición: Pedro Ribeiro Nogueira | Traducción: Luiza Mançano