La Unión Nacional de Estudiantes (UNE) detona en agosto una agenda de movilizaciones sociales e institucionales para impedir que el gobierno federal consiga implantar en las universidades el programa Future-se, iniciativa de carácter privatizador lanzada el mes pasado por el Ministerio de Educación (MEC).
Para el presidente de la UNE, Iago Montalvão, no hay como mejorar el proyecto gobiernista.
“Su esencia ya ataca la universidad pública, en especial en lo que dice respecto a las organizaciones sociales (OS)”, argumenta Montalvão, que es alumno de economía de la Universidad de São Paulo.
“Lo más importante para nosotros sería la derrota en el Congreso, porque, si la legislación pasa, el gobierno puede comenzar a presionar a los rectores, hacer chantaje, y hasta nombrar rectores para conseguir implementar el proyecto”, dice el presidente Montalvão.
El recuerda que algunas universidades ya están movilizando asambleas y reuniones de sus consejos superiores, y afirma que la UNE pretende seguir en las calles:
“Nuestra estrategia es, primero, mantener la movilización en las calles por la reversión de los recortes [en el presupuesto federal de Educación], pero también vamos a organizar la movilización junto a los parlamentarios y movimientos sociales, sindicatos de profesores, asociación de rectores. Todo eso hace parte del proceso de organización”, dice ele.
Dudas
Presentado el día 17 de julio por el ministro de Educación Abraham Weintraub y aún cercado de dudas, el programa prevé que las OS podrán actuar en la administración directa de las universidades, inclusive en la gestión de recursos y de personal.
Según texto publicado en el site del MEC, un comité gestor va a “definir el criterio para aceptación de las certificaciones, con fines de participación en el proceso electoral de los rectores”. Para algunos, eso significa que las OS podrían hasta actuar en la elección de rectores y pro-rectores, una cuestión que el gobierno aún no aclaró.
Adhiriendo al Future-se, las instituciones federales también podrían “prestar” profesores para actuar en las OS y ceder la ocupación o vender el nombre de edificios (naming righs) para esas instituciones, como ya se hace con estadios de fútbol.
El anuncio del Future-se generó reacciones negativas por parte de rectores y asociaciones de docentes de las Instituciones Federales de Educación Superior (IFES), y ahora será tema de una Huelga General de Educación, convocada para el día 13 de agosto por entidades del sector, entre ellas la UNE.
Peligro
Gabryel Henrici, alumno de Historia en la UFRJ y 1º vicepresidente de la UNE, clasifica al Future-se como un proyecto “peligroso” que puede acabar con la autonomía universitaria.
“Usted entrega el patrimonio físico, científico, crea un fondo a la disposición de los grandes bancos privados y empresas de capital privado y coloca en riesgo el propio carácter público de las universidades”, afirma.
Para Henrici, el gobierno cae en contradicción al cortar recursos de las universidades y después presentar una “solución” que prevé la captación de recursos privados.
El también defiende que la presión en el Congreso será importante, pero considera que esa no es la lucha fundamental
“Necesitamos ganar a la sociedad para defender ese proyecto de universidad pública con el cual ellos tanto quieren acabar. Esa presión es fundamental, porque si nos enfocamos sólo en la correlación de fuerzas del Congreso, la tendencia es que perdamos”, concluye.
El último domingo, la UNE y otras 186 entidades estudiantiles lanzaron una nota contra el Future-se, en que clasifican el proyecto como una tentativa velada de privatizar la enseñanza pública.
El texto acusa al gobierno de “persecución ideológica y diseminación de odio y mentiras contra las universidades, institutos federales, escuelas, profesores y estudiantes”.
Mire abajo el documento íntegro:
Nota de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), de las Uniones Estaduales de Estudiantes (UEE) y de los directorios centrales de estudiantes sobre el programa “Future-se”
Cada día que pasa ha quedado más nítido para la población brasileña que el Gobierno de Bolsonaro ha colocado a la Educación en el centro de sus ataques. Desde comienzos del año ninguna propuesta concreta de política pública para el avance de la educación y la solución de los problemas en esa área se presentó, al contrario, hay una persecución ideológica, diseminación de odio y mentiras contra las universidades, institutos federales, escuelas, profesores y estudiantes, y los recursos fueron recortados, tanto en la enseñanza superior como de la básica.
Pero fue también, a partir del sector de la educación, especialmente de los estudiantes, que se levantaron las principales manifestaciones de oposición a las medidas del gobierno y sobre todo en defensa de nuestra educación, de más inversiones, de mayor cuidado con nuestras instituciones, y de un proyecto educativo que pueda garantizar un futuro de desarrollo social a nuestra nación con formación de calidad, ciencia y tecnología para un país soberano.
Es en ese escenario que recibimos con gran indignación y repudiamos la propuesta del programa “Future-se” presentado por el Ministerio de Educación el 17 de Julio último, estamos elaborando estudios más apurados y detallados acerca de todos los puntos de ese proyecto, pero inicialmente podemos destacar algunos motivos en general que nos llevan a esa posición:
1- El gobierno ni siquiera da respuestas sobre el problema inmediato de las universidades e institutos federales y quiere crear un programa para el futuro (¿qué futuro?). Al presentar ese proyecto, el MEC pretende lanzar a las universidades e institutos federales la responsabilidad de captación vía sector privado, reduciendo las responsabilidades del financiamiento público, en un momento que esas instituciones sufrieron un recorte de 30% en su presupuesto y corren serios riesgos de que sus actividades se paralicen el próximo semestre, además de diversas investigaciones que ya están paradas por falta de becas para que los estudiantes continúen trabajando.
2- El programa “Future-se” fue construido sin ningún debate previo con los sectores que componen la universidad: estudiantes, profesores, técnico-administrativos, rectores y pro-rectores. Se habla de discusiones con especialistas y empresarios, pero en ningún lugar se explícita quienes son. Eso demuestra a que intereses sirven la implementación de ese proyecto, ciertamente no son los de la educación y del pueblo brasileño. La creación de la consulta virtual es, por lo tanto, una mera formalidad para presentar un carácter democrático, pero que es notoriamente una herramienta superficial e insuficiente para ese debate, inclusive porque no se explica como será el análisis de las opiniones recogidas.
3- No hay transparencia en el debate público del proyecto. En la presentación hecha a los rectores, a la prensa y también en el documento disponible para consulta pública, faltan algunos elementos importantes que constan en el documento del proyecto de ley del “Future-se” y otros que el propio ministro sólo expone después a través de entrevistas a la prensa, como por ejemplo la posibilidad de contratación de profesores sin concurso público y por régimen de la CLT.
4- Uno de los principales elementos omitidos es el referente a las responsabilidades de las organizaciones sociales [OS]. Lo que no queda claro en las presentaciones del MEC y en el documento del “Future-se” es como las OS podrán ejercer actividades fin en las universidades, como contratación de profesores, y gestión en las áreas de enseñanza, investigación y extensión, y no sólo en la gestión de servicios como energía, agua, limpieza, etc. como se apuntaba inicialmente. Esa es la principal característica de una verdadera tercerización con rumbo a la privatización de la universidad pública brasileña, pues crea una verdadera organización paralela dentro de las instituciones que atienden a otros intereses, es el fin de la autonomía universitaria.
5- La propuesta de captación propia es una entrega de las universidades a una dependencia del sector privado y el gobierno deja de responsabilizarse por el financiamiento público de la educación superior. Eso también significa quitarles la autonomía didáctico-científica y administrativa a las universidades, para quedar cada vez más a la merced de intereses privados que buscarán retornos de sus inversiones, acabando con la base de financiamiento público de la universidad. Lo que puede reducir las áreas de investigación, enseñanza y extensión solamente a aquellas que agraden más a los mercados que tengan interés en financiar determinadas universidades.
6- Es el fin de la expansión de las universidades y puede significar la desaparición de las federales en el interior. Justamente porque una dependencia del sector privado irá a forzar la concentración de esas instituciones próximas de los grandes centros industriales y financieros, creando inclusive grandes distorsiones regionales.
Por fin, entendemos que ese proyecto se presenta con una máscara de muchas complejidades, lleno de conceptos empresariales, pero vacío de cualquier cita de proyectos pedagógicos, categorías científicas y otros elementos fundamentales para una universidad fuerte y que sirva al pueblo brasileño. Pero primero, por ignorancia, repite una serie de actividades que ya existen en esas instituciones, como los rectores han insistido, y en segundo propone descaradamente, aunque el ministerio intente esconderlo, un proyecto liberal y privatizador para la universidad brasileña, que invierte la lógica que seguimos en toda historia de la educación brasileña y que han hecho, con inversión público, de nuestras universidades federales las mejores del país, responsables por gran parte de la investigación brasileña y referencias en todo el mundo.
Seguiremos exigiendo la devolución inmediata de los recursos de nuestra educación y la defensa de la universidad pública y gratuita, con garantía del trípode de la enseñanza, investigación y extensión y que tenga un profundo enraizamiento con la sociedad como garantía de mejoras para nuestro pueblo y la soberanía de nuestro país.
Vea aquí la lista de entidades que firman.
Edición: João Paulo Soares | Traducción: Pilar Troya