Indígenas del territorio Cana Brava, en noreste de Brasil, desbloquearon la carretera BR 226 la tarde del último domingo (8), después de firmar un acuerdo con el secretario de Seguridad Pública de Maranhão, Jefferson Portella. Él estuvo en la aldea para iniciar las investigaciones sobre el asesinato de dos indígenas el sábado por la mañana (07), en el municipio de Jenipapo dos Vieiras (estado de Maranhão). Según líderes del pueblo Guajajara, fue firmado un acuerdo con el secretario, que garantizó que los asesinos serán arrestados.
Los Guajajara habían ocupado la carretera donde ocurrió el ataque en la tarde del sábado para llamar la atención sobre el aumento de la violencia contra los pueblos tradicionales en los últimos meses.
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En un audio enviado a Brasil de Fato, el cacique Magno Guajajara afirmó que la reivindicación por seguridad en las aldeas que quedan a la orilla de la BR 226 es antigua. El Ministerio Público Federal (MPF) llegó a proponer una acción para obligar al gobierno federal a garantizar la seguridad en el Territorio Indígena Araribóia, después de que el indígena Paulo Paulino Guajajara fue víctima de homicidio el 1 de noviembre. Sin embargo, Magno afirma que no hubo ninguna acción concreta por parte de la seguridad pública y acusan a la policía de negligencia en la actuación en los casos.
Firmino Prexede Guajajara y Raimundo Bernice Guajajara fueron asesinados la mañana del sábado, cuando volvían de una reunión con integrantes de la Eletronorte y de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) y fueron sorprendidos por un automóvil Chevrolet Celta blanco, de vidrio espejado, de donde salieron los tiros. Nelsi Olímpio Guajajara recibió un tiro en la pierna, pero sobrevivió. El otro indígena herido no fue identificado.
Aún no hay información sobre las motivaciones del ataque, pero los indígenas de la región recibieron audios anónimos por WhatsApp contra los pueblos de la región y en apoyo al presidente Jair Bolsonaro. Lo dicho, que incluye expresiones como "hay que matarlos mismo", preocupan a los indígenas, que han percibido el aumento del odio en la sociedad brasileña en el último período.
Edición: Aline Carrijo | Traducción: Pilar Troya