El coronavirus sigue afectando a más personas en Brasil y las cifras ya alcanzan el número de 234 infectados en 14 estados y en el Distrito Federal, con una muerte confirmada en São Paulo, como anunció el Secretario de Salud del estado en una conferencia de prensa realizada este martes (17) por la tarde.
La tendencia que es el problema se diseminará como en otros países. A diferencia del presidente Jair Bolsonaro, que ignora la pandemia, una de las principales medidas de contención recomendadas por la Organización Mundial de la Salud es la cuarentena domiciliaria.
Gobiernos estaduales y municipales cerraron instituciones públicas, empresas implementaron el trabajo remoto y escuelas suspendieron las clases para evitar la proliferación de la infección. Sin embargo, para un 41,4% de los trabajadores del país que son informales, según los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) de enero de este año, la prevención del coronavirus no es compatible con sus fuentes de ingreso, pues si no trabajan, no tienen sueldo, ya que no hay vínculo laboral.
Esta es la realidad, por ejemplo, del abogado Claudio Lúcio Dundes, que desde hace seis meses trabaja como conductor de servicios de transporte por aplicación por encontrar poco trabajo en su sector.
“Es una dualidad porque no podemos parar [de trabajar] y tenemos miedo de ser los transmisores, porque estamos totalmente expuestos”, se lamenta.
A la vez, el abogado reconoce que hay una disminución en su flujo de trabajo, el aumenta los días de trabajo para obtener el mismo sueldo.
¿Y la protección?
Mientras el gobierno de Bolsonaro relativiza la crisis, el economista Clemente Ganz Lúcio, del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos (DIEESE), señala que hay una “tragedia social y económica anunciada” ya que los trabajadores informales están desprotegidos en este momento de crisis sanitaria. Él lanza una alerta sobre la urgencia de que el Poder Ejecutivo ponga en acción medidas a corto plazo para proteger a los trabajadores informales en este periodo crítico de la economía debido a las acciones de contención del coronavirus.
“Hay que pensar que mitad de la sociedad brasileña necesita alguna herramienta para preservar los ingresos que ya no tendrán, porque serán obligados, por una decisión de los gobiernos, a quedarse en casa, como en Italia, Francia, España. Las personas son obligadas por el Estado a aislarse, entonces el Estado algo tiene que ofrecerles para que puedan garantizar sus ingresos a cortísimo plazo”, dice.
Ofrecer condiciones adecuadas para que las personas afectadas por el virus puedan tener atención de salud, divulgar orientaciones claras en los medios sobre el aislamiento y, sobre todo, adoptar medidas adecuadas para preservar los ingresos de los trabajadores son los puntos que el poder público debería tratar, según el especialista, pues no hay previsión de cuánto tiempo la economía del país y del mundo estará afectada, lo que exige pensar también a medio y largo plazo como se reanudará la actividad productiva.
“Las personas no tendrán dinero para comprar comida, habrá conflictos sociales más severos. Estamos hablando de 80 a 100 millones de personas que serán afectadas indirectamente porque estos trabajadores no podrán alimentar a sus familias”, explica Ganz Lúcio.
Cuarentena
La epidemióloga Marcela Vieira asevera la necesidad de protección del Estado a los trabajadores informales como un modo de contener la epidemia. “En esos casos es realmente muy importante la protección del Estado, como en Portugal y en España, con subsidios para que las personas puedan mantenerse sin trabajo. Los periodos de cuarentena son la mejor forma de reducir el riesgo de contagio y la exposición de esas personas”.
Reforzar el Sistema Único de Salud (SUS), las investigaciones en las universidades públicas y ofrecer amparo social en estos momentos de crisis y pandemia son la mejor forma de combatirlas, según la especialista.
Ella también recomienda que las personas que inevitablemente se expongan reduzcan las visitas a personas mayores de 60 años y otras que integran los grupos de riesgo. Además de utilizar alcohol en gel, lavarse las manos y evitar aglomeraciones.
Edición: Leandro Melito