Organizaciones brasileños que luchan por justicia fiscal se unieron para presentar propuestas tributarias que puedan aliviar la crisis económica brasileña en medio de la pandemia del coronavirus.
En una carta abierta a ser presentada al Congreso y al gobierno federal, el grupo enumeró una serie de medidas para tributar a ricos y bancos y, con eso, recaudar fondos que ayuden en la contención de daños causados por la covid-19.
Firman el documento Auditores Fiscales por la Democracia (AFD), Asociación Nacional de Auditores Fiscales de la Receita Federal [Servicio de Recaudación Interna] de Brasil (ANFIP), Federación Nacional de Fisco Estadual y Distrital (Fenafisco) e Instituto Justicia Fiscal (IJF).
La idea, en resumen, es hacer cambios en el Fisco para que se tribute más al patrimonio y a los ingresos en vez de al consumo – actualmente, los dos ítems representan 23% de la recaudación total de impuestos en Brasil. En Dinamarca, por ejemplo, el porcentaje es de 67%; en los Estados Unidos, de 60%.
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“Tenemos que aprovechar el momento para hacer, con carácter de emergencia, una reforma tributaria que tribute a los súper ricos. No estamos inventando la rueda. Estamos mirando el ejemplo de Inglaterra, de Alemania, de los Estados Unidos, de Dinamarca, de Suecia. No hay ningún país bolivariano. Son los países capitalistas centrales que adoptan una tributación sobre ingresos y patrimonio como la columna vertebral de su sistema tributario”, explica Eduardo Fagnani, profesor del Instituto de Economía de la UNICAMP y uno de los autores de la propuesta.
Para el profesor, aprobar solo la tributación de grandes fortunas, como defienden varios congresistas, es insuficiente. Hoy, cuatro propuestas de este tenor se tramitan en el Senado Federal. “Impuesto sobre grandes fortunas es importante, es necesario, pero es insuficiente”, afirma.
“Es importante proponer el impuesto sobre grandes fortunas, en este momento, para develar realmente la extrema concentración de riqueza que hay en Brasil y el potencial que esa concentración de riqueza ahora nos da para resolver el problema de emergencia por la crisis. Pero no es una solución a largo plazo. La solución a largo plazo es tributar de forma más justa los altos ingresos”, concuerda el auditor fiscal Dão Real, Director de Relaciones Institucionales del Instituto Justicia Fiscal y miembro del colectivo Auditores Fiscales por la Democracia.
R$ 270.000 millones al año
La estimación del grupo es que, con la tributación a ricos y bancos, se recauden R$ 270.000 millones (52.000 millones de dólares) al año – dinero que iría exclusivamente al Fondo Nacional de Emergencia. La preferencia sería por estados y municipios, que recibirían R$ 100.000 millones (19.000 millones de dólares) del montante.
Dão dice que cree que la crisis es el momento ideal para cambios en el sistema tributario brasileño. “Yo diría que, si no hacemos eso ahora, en un momento como este que estamos pasando, y en el momento que vamos a pasar allí más adelante, con la recesión económica, no vamos a conseguir hacerlo nunca más. Ahora es el momento de movilización”, defiende.
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El auditor fiscal defiende que se presione al Estado a gastar lo que sea necesario para contener el coronavirus, vislumbrando la recaudación que será posible con el refuerzo en la tributación a ingresos y patrimonio.
“En este momento, tenemos que presionar el Estado a gastar todo lo que sea necesario, incluso aunque implique aumento del endeudamiento ahora, y crear nuevas fuentes de ingresos, para que, pasada esta crisis, inmediatamente más adelante el Estado que vamos a tener es un Estado diferente, un Estado recuperado, un Estado de bienestar, con condiciones de atender a todo el mundo”.
Edición: Rodrigo Chagas