El sábado último (23), el epidemiólogo Wanderson Oliveira anunció su salida del Ministerio de Salud. De esa forma, la cartera pierde su principal referencia técnica y el profesional que desarrolló la planificación del gobierno brasileño para enfrentar la pandemia. En contrapartida, de acuerdo con el periódico O Estado de São Paulo, el ministerio debe recibir otros 20 militares en cargos estratégicos, que harán compañía a 20 ya nombrados.
Ninguno de los militares que trabajan en el ministerio tiene formación técnica para actuar en el área de la salud, ni siquiera el general Eduardo Pazuello, jefe temporal de la cartera, que substituyó a dos médicos anteriormente en el cargo, Nelson Teich y Luiz Henrique Mandetta. Quien trabaja en el sector alerta sobre los peligros de los cambios.
“El subregistro ya afecta los datos hoy, mi preocupación es que comience a darse una acción deliberada para producir subregistro y atraso en la divulgación del avance de la epidemia”, explica Leandro Gonçalves, profesor del Instituto de Salud Colectiva de la Universidad Federal Fluminense (UFF).
“Si ellos quisieran, van a lograr manejar la narrativa de la extensión de la pandemia en Brasil. Hoy, cayó Wanderson da Silva, que es quien planificó el enfrentamiento a la pandemia en Brasil, con el cae también la planificación. Vendrá alguien que lo conducirá de otra manera. ¿Tendremos los balances diarios y la misma postura de alerta con relación al virus? ¿O será que va a comenzar a cambiar la narrativa?”, pregunta Gonçalves.
Además de Wanderson Oliveira, el Ministerio de Salud ya había perdido a su secretario ejecutivo João Gabbardo, que trabajaba en la cartera hacía más de 40 años y fue exonerado el 22 de abril. Para su cargo, fue nombrado justamente el general Pazanello, que ahora encabeza el sector. El 4 de mayo, el secretario de Ciencia, Tecnología e Insumos, Denizar Vianna, también fue despedido.
“Hasta aquí, las personas responsables por la divulgación de los datos eran técnicas, que salieron para que entren los militares. Ellos pueden hallar una forma de maquillar la cobertura del avance de la epidemia por Brasil”, afirma Gonçalves.
Militares en la Salud
Sin experiencia técnica que justifique los nombramientos, los militares colocados por el gobierno federal en el Ministerio de Salud hicieron surgir el cuestionamiento sobre la intención de Jair Bolsonaro con las designaciones.
Para Ana Penido, cientista social de formación, con maestría en Estudios Estratégicos de Defensa y doctora en Relaciones Internacionales por la UNESP, los militares ya controlan Brasil. “Los militares se organizaron como un partido tradicional. Tengo muchas dudas sobre cual es el proyecto que tienen de construcción [del país]. Hoy, ellos son el principal partido del gobierno y quieren cada vez más puestos estratégicos, como las áreas de control presupuestario y fiscalización, en la lógica de ocupación en masa.”
Todavía de acuerdo con la investigadora, no hay justificación, si no el respaldo político, para la ascensión de militares en el ministerio. “Los militares que vienen de la AMAM (Academia Militar de Agulhas Negras) se forman para ser guerreros. No existen cuadros técnicos entre los militares para la Salud ni para otros, sólo tiene sentido que ellos estén en el Ministerio de Defensa. Es lo mismo que colocar a un médico a comandar el Ejército.”
Para Gonçalves, Bolsonaro mueve a los militares en un intento de “ocupar el ejecutivo y rendir a los poderes”. “No es un intento de resistir a un impeachment, es un movimiento activo de toma de poder y eso me preocupa más. El no está en una posición defensiva, está atacando”, finaliza.
Edición: Luiza Mançano