Con aproximadamente 2,45 millones de casos confirmados, las Américas registran actualmente el mayor número de casos del nuevo coronavirus entre los continentes del mundo, con casi 500 mil casos más que Europa, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Dos de los países de la región ocupan la primera y la segunda posición en el número de infectados. Los Estados Unidos lideran el ranking de número de casos de covid-19 con más de 1 millón 700 mil casos y Brasil en segundo lugar, con 391 mil casos.
El mundo sobrepasó, el jueves último (21), los 5 millones de casos del nuevo coronavirus, según el conteo en tiempo real realizado por la Universidad Johns Hopkins, de Estados Unidos.
Ante este deplorable escenario en las Américas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) realizó una conferencia de prensa el martes pasado (26) para presentar recomendaciones para el combate a la pandemia en la región.
Durante la transmisión, la directora de la organización, Carissa Etienne, hizo una alerta de que la respuesta a la covid-19 en las Américas debería incluir la atención a las enfermedades no transmisibles (ENT) puesto que una de cada cuatro personas corren el riesgo de desarrollar síntomas severos de covid-19 por presentar enfermedades crónicas.
“Nunca habíamos visto una relación tan nefasta entre una enfermedad infecciosa y las enfermedades no transmisibles. Algunos de los datos son verdaderamente alarmantes, especialmente en nuestra región. Necesitamos medidas preventivas agresivas para proteger a las personas con diabetes, enfermedades respiratorias y cardiovasculares del nuevo coronavirus”, dijo.
Ella asevera que el foco de atención del combate a la pandemia en los sistemas de salud de los países no puede disociarse de la atención a los pacientes con enfermedades crónicas, quienes fueron perjudicados por la interrupción de los tratamientos.
Para la directora de la OPS, un menor acceso a la atención debido a interrupciones en los servicios de salud “pone en riesgo a los pacientes de complicaciones y posibles muertes como resultado de enfermedades que sabemos cómo tratar” y los sistemas de salud deben encontrar formas o nos enfrentaremos a "una epidemia paralela de muertes prevenibles".
El aumento vertiginoso de casos en Brasil y otros países sudamericanos es uno de los principales puntos de advertencia de la OPS.
“Estamos especialmente preocupados por la situación en Brasil, que la semana pasada registró la mayor cantidad de casos en un periodo de siete días desde que empezó la pandemia. También en Chile y Perú se ha incrementado la incidencia”, afirmó la directora de la organización.
El 19 de mayo Brasil alcanzó el mayor número de muertes como consecuencia del nuevo coronavirus, con 1.179 fallecimientos en 24 horas. En el gigante sudamericano son 24.512 fallecimientos hasta el último miércoles, con una tasa de mortalidad de un 11,7%, una de las tasas más altas en el mundo.
La directora de la OPS también hace una crítica a las medidas de relajamiento del aislamiento social en países de la región, como en Ecuador, que inventó un sistema epidemiológico de “semáforos”, según la situación de cada región, para una reapertura parcial de las actividades.
“Ahora no es el momento de relajar las restricciones. Ahora es el momento de estar fuerte, de mantenerse vigilante, y de implementar las medidas de salud pública que han sido probadas. y que hemos aprendido de otras regiones”, sostuvo.
Además, ella exige transparencia en los números de casos, fallecimientos y hospitalizados para que sea posible comprender el escenario de cada país y adoptar las medidas adecuadas.
Fórmula desastrosa
Aunque EE.UU. sea el epicentro global de la pandemia, el mandatario Donald Trump sigue en su defensa de una apertura comercial y liberación de todas las actividades en nombre de la economía, con el objetivo de reelegirse.
Como importantes seguidores de la cartilla estadounidense, el mandatario ultraderechista Jair Bolsonaro, en Brasil, y el neoliberal Sebastián Piñera, en Chile, replican en América del Sur el discurso catastrófico de Trump, rechazando las medidas de aislamiento social recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y priorizando los intereses comerciales en detrimento de la salud pública.
En el contexto de profundización de la pandemia en las Américas, Donald Trump prohibió la entrada de brasileños en territorio estadounidense desde el martes pasado (26). El gobierno de EE.UU. afirma que el objetivo de la medida es reducir la tasa de contagio del nuevo coronavirus. Según su comunicado, el libre acceso de extranjeros al país “amenaza la seguridad de nuestro sistema, infraestructura de transporte y seguridad nacional”.
EE.UU. también contribuye a la diseminación de la pandemia en países de Centroamérica y del Caribe debido a la deportación de migrantes infectados con covid-19 como ya confirmaron las autoridades de Guatemala y Haití.
Edición: Luiza Mançano
