América Latina superó la marca de 2,5 millones de personas contaminadas con el coronavirus. Brasil de Fato hizo un levantamiento de los principales casos de la región utilizando datos del Instituto Johns Hopkins, que también indica más de 110 mil muertos debido a la enfermedad en la región.
Directores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en América Latina, durante entrevista colectiva este martes (30), alertaron que la región puede alcanzar 438 mil muertes hasta octubre en caso de que los gobiernos no mantengan las medidas de contención como aislamiento social y uso de máscaras.
Durante la colectiva, Clarissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entidad vinculada a la OMS, celebró el estancamiento de los datos en algunos países de la región.
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“Varios países y territorios del Caribe consiguieron interrumpir completamente la transmisión y no notificaron nuevos casos por varias semanas, pero deben permanecer vigilantes en los próximos meses", informó Etienne.
En nota emitida el día 24 de junio, la OPS alertó que América Latina debe enfrentar brotes recurrentes de coronavirus hasta 2022. “Debemos ser realistas sobre el futuro: todos tenemos que adaptarnos a un nuevo modo de vida y redefinir nuestro sentido de normalidad.”
En números absolutos, Brasil es el país más afectado en la región, con 1,3 millones de infectados y 58.000 muertes, seguido por México, que tiene 220.000 casos confirmados y 27.000 defunciones, y Chile, con 216.000 mil contaminados y 4.700 víctimas fatales.
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Brasil de Fato destacó algunas informaciones básicas del avance de la pandemia en la región y las acciones asumidas por los gobiernos locales.
Casos confirmados de covid-19 en la región hasta 30 de junio / Arte: Fernando Bertolo/Brasil de Fato
Defunciones confirmadas por covid-19 en la región hasta 30 de junio / Arte: Fernando Bertolo/Brasil de Fato
América del Norte y Central
México
En número de infectados y defunciones en América Latina, después de Brasil, está México, que tiene 220 mil infectados desde que el virus llegó al país. De sus 32 estados, 18 entraron en la llamada fase naranja de las medidas de distanciamiento. La medida vale, por ejemplo, para la capital, Ciudad del México, que concentra el mayor número absoluto de casos y muertes.
Algunas actividades económicas y recreativas están permitidas desde lunes (29), pero con restricciones. Hoteles, restaurantes, salones de belleza y parques pueden abrir con 50% de la capacidad normal. Los supermercados pueden operar, pero solamente un miembro de cada familia puede acceder a los espacios cada vez.
En todos los casos, es necesario garantizar el uso de máscaras, alcohol en gel para higienización y medición de temperatura.
Donde hay más de treinta trabajadores se requiere realizar pruebas semanales a por lo menos el 5% de ellos. Personas con sospecha de la enfermedad no pueden salir de casa antes que estén listos los resultados de los exámenes.
Otros 14 estados mexicanos siguen en la fase roja de la cuarentena, con medidas restrictivas que impiden apertura del comercio, ocupación mínima de espacios y control todavía mayor para los establecimientos esenciales, como supermercados.
Guatemala
En Guatemala, el combate a la pandemia ha estado marcado por polémicas que terminaron con la destitución del ministro de la Salud del país, Hugo Monroy, hace cerca de diez días. Profesionales de la salud denunciaron la falta de equipos de protección, además de hospitales repletos y muchos infectados entre los trabajadores del área.
El país ya registró más de 17.400 mil infectados y contabiliza más de 740 muertos. El domingo (28), el presidente Alejandro Giammattei anunció medidas que estarán vigentes por los próximos 15 días, en un intento de disminuir la curva de contagio.
El país sigue con toque de queda entre 18h y 05h de la mañana, de lunes a sábado, los domingos el confinamiento es total y obligatorio. Hay todavía medidas de restricción para el tránsito de vehículos particulares,. Reuniones de todo el tipo están prohibidas.
Si no hubiera mejora en los números en dos semanas, se deben anunciar medidas más restrictivas.
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Panamá
Otro país centroamericano, Panamá vio el número de casos crecer considerablemente después de relajar las medidas de restricción de la circulación, que valían desde fines de marzo. Se autorizó que el comercio y los servicios retomen las actividades a mediados de mayo. A comiezos de junio, fue el turno de la industria y del sector público.
Con eso, las regiones más pobres de la nación, que concentran a buena parte de los trabajadores, pasaron a registrar datos alarmantes. Las infecciones diarias estaban debajo de 200 durante el aislamiento, pero el lunes (30) pasaron de mil.
El número de pacientes en terapia intensiva aumentó casi 50% en mayo. El gobierno se vió obligado a retomar la cuarentena en la capital, Ciudad de Panamá.
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Honduras
Con casi 19.000 infectados y 500 muertos, la situación dramática de Honduras queda clara en las palabras del presidente Juan Orlando Hernández. Durante una conferencia de prensa con ministros el viernes (26), el afirmó que el escenario se complica cada día. El propio Hernández fue infectado por la covid-19.
Autoridades de salud del país alertan sobre el estrangulamiento de la capacidad de atención en el sistema de salud en un país que tiene 9,3 millones de habitantes. Aún así, la situación económica de parte de la población impide el cumplimiento de medidas restrictivas.
La semana pasada, se publicaron en la internet imágenes de cuerpos en sacos en corredores en el Hospital Estatal Escola, el principal del país. El sindicato de trabajadores de la unidad denuncia falta de material de protección y morgue sin sistema de refrigeración. Los pacientes están siendo atendidos en tiendas improvisadas.
Según la asociación de funerarias hondureña, el número de muertos puede ser hasta cinco veces mayor que el oficial.
El Salvador
En El Salvador se registró un récord de nuevos casos en las 24 horas entre el lunes (29) y el martes (30). Los registros oficiales señalan más de 6.400 casos. Más de la mitad fue registrada solamente en el mes de junio. Según el gobierno, la situación fue potencializada por el traslado forzado de personas afectadas por dos tempestades tropicales a fines de mayo.
Sin embargo, el país está en la primera fase de un plan de reapertura de las actividades económicas desde el 16 de junio. Eso incluye el funcionamiento de sectores de la construcción, manufactura, textiles, aeronáutica, puertos marítimos, servicios de contabilidad y abogacía de negocios e inversiones, además de servicios de comercio on-line, impresión y consultas médicas y de enfermería. Con el aumento en los números, el Ministerio de Salud ya anunció que el país no va a avanzar hacia la segunda fase de apertura.
Caribe
Cuba
En Cuba, un sistema cuidadoso de vigilancia sanitaria ha mantenido los números en niveles bajos. Toda la población recibe la visita de equipos médicos diariamente, que investigan las condiciones de vivienda, cualquier tipo de nuevo síntoma – incluso no relacionado con la covid-19 – y eventuales nuevas infecciones.
Además del aislamiento de casos sospechosos, toda la red de contactos de los pacientes entra en esquema de control y los curados reciben tratamiento posterior para combate a eventuales secuelas.
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La isla registró hasta ahora 2.341 casos y 86 muertos. Se estimula a la población de 11,3 millones de habitantes a quedarse en casa y el transporte colectivo está suspendido.
Haití
En el vecino Haití, sin embargo, la situación es diferente. Oficialmente el país tiene casi 6 mil casos y más de 100 muertes, pero el subregistro puede esconder un escenario aún más complicado para los poco más de 11 millones de habitantes.
Hay relatos de infectados que no acuden al sistema de salud y acaban muriendo en casa. Además de eso, el país pasa por instabilidad política desde 2016, con la elección del presidente Jovenel Moïse.
Con una política neoliberal, el mandatario profundizó la crisis económica en la nación. En protestas, la población reclama de la falta de medidas de combate al nuevo coronavirus y el aislamiento choca con problemas como la informalidad de los trabajadores y las condiciones de habitación precarias.
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Puerto Rico
Territorio de los Estados Unidos, la isla de Puerto Rico tiene registros aún mayores de covid-19, Son más de 7 mil casos y por lo menos 150 muertes. La explicación puede estar en la mayor cantidad de pruebas aplicadas en relación con Haití, por ejemplo.
Aún así, existen críticas también a la apertura de las actividades económicas, que comenzó a inicios de junio. El país mantiene toque de queda, pero reabrió cines, teatros, gimnasios, playas y hasta incluso spas.
República Dominicana
La República Dominicana se preparaba para reabrir las actividades turísticas la primera semana de julio, frente a un número de infectados que llega a casi 32 mil personas. No obstante, el Ministerio de Salud divulgó una serie de restricciones este martes (30).
Están prohibidos eventos con aglomeraciones y el funcionamiento de casinos, cines y teatros. Los hoteles y restaurantes pueden funcionar con restricciones de público. Incluso con las cifras de covid-19, el país no pospuso las elecciones presidenciales, marcadas para el próximo domingo (5).
América del Sur
Venezuela
En Venezuela, que venía flexibilizando medidas de aislamiento desde 1º de junio, los números presentaron una escalada. Frente al escenario, el gobierno del presidente Nicolás Maduro anunció el cierre del metro de la capital Caracas y limitó el tránsito en las carreteras.
En cerca de tres semanas, los registros de infectados pasaron de poco más de 1.600 a más de 5.500. Se han confirmado 48 muertes hasta el momento.
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Primer país del continente en decretar cuarentena en todo el territorio nacional y el cierre de fronteras, Venezuela ha actuado también en el control de las condiciones de salud de los ciudadanos que deciden volver al país, y que lo están están haciendo por corredores humanitarios terrestres y aéreos.
El gobierno informó que cerca del 80% de los casos son de pacientes que llegaron de otras naciones durante la pandemia.
Colombia
Colombia tiene hoy más de 90.000 casos confirmados de covid-19 y las defunciones superan 3.200. El gobierno anunció la semana pasada que la cuarentena se mantendrá hasta por lo menos el 15 de julio.
Había previsión de retomada de las actividades a comienzos del mes y algunos comercios no esenciales ya estaban operando. Incluso con los números significativos de casos y muertes, los municipios en los que no se registran infectados podrán entrar en un plan piloto que prevé apertura de iglesias y restaurantes.
Ecuador
Al comienzo de los registros del virus en el continente, la ciudad de Guayaquil, en Ecuador, se tornó símbolo del drama de la pandemia. El municipio portuario llegó a ser el más afectado de América del Sur. Imágenes y relatos de cuerpos en las calles y familias sin asistencia rercorrieron el mundo. En esa época, más de la mitad de los casos del país tenían origen en la ciudad.
Los números se estabilizaron, pero el desafío todavía permanece frente a un sistema de salud sin capacidad de atención. Hoy, el Ecuador tiene más de 55.600 mil confirmaciones de la enfermedad y 4.500 mil casos fatales.
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Durante el mes de julio el país pasa a poner en práctica medidas de retomada de la economía, dividiendo los municipios en tres fases. Pero, incluso en las ciudades que tendrán medidas menos restrictivas, restaurantes y shoppings sólo podrán atender a 50% de la capacidad.
Ninguna reunión con más de 25 personas y sin condiciones de distanciamiento de dos metros será permitida y la circulación de automóviles continuará funcionando con restricciones (pico y placa).
En las ciudades en alerta rígida se mantiene el toque de queda y agrupamientos de cualquier número estarán prohibidos. Solamente el 30% de la fuerza de trabajo será autorizada a trabajar presencialmente.
Perú
Sexto del mundo con mayor número absoluto de casos, Perú adoptó la cuarentena más pronto que la mayor parte de las naciones. Sin embargo, ante cerca de 70% de trabajadores informales y un sistema de salud sin preparación, el país tiene la segunda peor situación de América Latina.
En algunos períodos, el registro total de muertes superó los números de 2019 en más de 80%. El gobierno estableció una ayuda para los profesionales autónomos, pero como buena parte de ellos no tiene cuenta en un banco, las aglomeraciones en las agencias se convirtieron en grandes focos de contagio.
Las condiciones de conservación de alimentos en casa son precarias, lo que obligó a la población a continuar frecuentando mercados y ferias. Según el propio gobierno, en algunos de esos lugares, más del 80% de los trabajadores se infectaron.
La precariedad en las estructuras de vivienda y la aglomeración de familias en espacios pequeños impidió el aislamiento en muchas regiones.
El país ya vive un proceso de retomada de las actividades económicas, pero siete regiones donde viven más de 6 millones de personas siguen en cuarentena rígida, funcionando solamente los servicios esenciales.
En todo el país, las clases siguen suspendidas y se mantiene el toque de queda. El confinamiento obligatorio para menores de 14 años, mayores de 65 y enfermos crónicos también continuará.
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Bolivia
En Bolivia, son más de 32.000 infectados en una población de 11,35 millones de personas. Esta semana, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos divulgó una carta pública en la que expresaba consternación por los registros de muertos en vías públicas y pacientes sin atención.
La informalidad, que afecta a más del 60% de la población, también es uno de los grandes obstáculos. Por dos meses, el gobierno consiguió mantener políticas de aislamiento, pero las dificultades económicas imposibilitaron la continuidad del proceso.
La capacidad del sistema funerario también está limitada y hay relatos, no confirmados oficialmente, de familias enterrando muertos en los propios terrenos en que viven.
El país viene enfrentando también índices altos de contrabando de medicamentos usados en el tratamiento de la covid-19 y que están siendo ingeridos por la población sin orientación médica. Denuncias de venta de plasma también encienden alertas de las autoridades.
Chile
La desigualdad social y la falta de atención a las poblaciones periféricas hicieron que el Chile se convierta en el séptimo país del mundo con el mayor número de infectados y el tercero en América Latina.
Actualmente, los registros de infectados son superiores a casi 276.000 y las muertes sobrepasan 5.600, pero el propio gobierno admite que ese número puede ser superior a 8.000. En junio, casi mitad de las defunciones en el país tuvieron a la covid-19 como causa.
Mientras la pandemia se concentraba entre las clases más ricas, las pruebas en masa y la cuarentena selectiva surtieron efectos. Pero a partir del momento en que las poblaciones más pobres, sin trabajo formal y sin acceso a asistencia social, comenzaron a ser afectadas, la situación cambió.
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El sector de la minería, por ejemplo, nunca paró. La desigualdad se expresa nítidamente en las diferencias de las tasas de mortalidad entre hospitales públicos y privados. Los primeros registran hasta el doble de casos fatales.
Paraguay
El escenario es menos preocupante en Paraguay, que tiene el menor número de víctimas fatales de todo el continente americano. Los infectados están encima de 2 mil pacientes, pero fueron registradas 16 defunciones hasta el momento.
En febrero, antes de la llegada del nuevo coronavirus en las Américas, el gobierno suspendió la emisión de visados para visitantes de China. Cerca de un mes después, con el registro de apenas dos casos, fue decretada cuarentena nacional, con suspensión de clases, prohibición de eventos y toque de queda.
En esa ocasión, la OMS no había declarado aún estado de pandemia global. Consciente de la insuficiencia del sistema de salud para lidiar con el descontrol de casos, el poder público actúa para el control máximo de las infecciones.
Actualmente, Paraguay vive un proceso de retomada de las actividades económicas, pero las medidas son graduales y limitadas por fases. Además de eso, el país mantiene cerradas las fronteras terrestres y el Ejército controla la entrada de extranjeros.
Uruguay
Uno de los países con la situación menos crítica en toda América Latina, Uruguay recoge los frutos de 15 años de inversiones consistentes en asistencia social, durante gobiernos de izquierda.
Hasta ahora, los registros de muerte no pasan de 30 y el número de infectados es inferior a mil. La población cuenta con asistencia médica de calidad y tiene las menores tasas de pobreza de la región.
Frente al avance de la pandemia por el continente, el gobierno cerró las fronteras antes que sus vecinos y prohibió el acceso ya el 1° de marzo.
Con población de apenas 3,5 millones habitantes y condiciones económicas de aislamiento, la cuarentena también cumplió un papel esencial. Las clases siguen suspendidas en regiones con mayor número de casos, pero incluso donde fueron retomadas, la presencia de los alumnos queda a criterio de los padres y fue limitada a niveles menores que los anteriores.
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Argentina
Argentina enfrenta la pandemia con su economía hecha jirones después del gobierno radicalmente neoliberal del ex presidente Mauricio Macri. Elegido en 2019, el nuevo presidente Alberto Fernández, de izquierda, no dudó en determinar el cierre del país y el aislamiento social, incluso frente a la necesidad de reconstrucción económica.
El poder público basó todo el discurso de combate a la covid-19 en la protección a la salud de la población. No obstante, las regiones periféricas de la capital Buenos Aires aún sufren la propagación de la enfermedad.
El país tiene hoy más de 62.000 casos y cerca de 1.200 muertes, en un universo de 44,5 millones de habitantes.
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Más del 90% de los registros están en la región metropolitana de la capital. Había expectativa de reapertura gradual, pero ante de la escalada de nuevos casos en pocos días, el gobierno determinó nuevamente aislamiento total para la región. Por lo menos hasta 15 de julio, solamente los servicios esenciales podrán funcionar y la policía estará en las calles para control de la circulación.
Las palabras de Alberto Fernández al anunciar una nueva fase de restricciones rígidas dan el tono del camino seguido por las naciones que enfrentan las situaciones menos graves en América Latina: “Una economía que cae, siempre se levanta, pero una vida que termina no la levantamos más ".
Las diferencias entre los que consiguieron controlar el avance del coronavirus son muchas. De Uruguay con grandes inversiones sociales por décadas, a Paraguay que admite la fragilidad del propio sistema de salud, pasando por Argentina con su economía extremadamente comprometida: quien demuestra éxito en proteger el pueblo apuesta primero por las vidas, la educación y la información para el combate a la enfermedad.
Edición: Vivian Fernandes
