Mobilización

Más de mil sacerdotes apoyan "Carta al Pueblo de Dios" con críticas a Bolsonaro

Padres se dicen “profundamente indignados con acciones del presidente de la República, negativas y desdeñosas de la vida

Traducción: Pilar Troya

Brasil de Fato | São Paulo |
Padres afirman que “los que nos gobiernan tienen el deber de actuar en favor de toda la población, de manera especial, los más pobres” - Alan Santos / PR

Más de mil padres firmaron una carta divulgada este viernes (30) en apoyo a la Carta del Pueblo de Dios, divulgada inicialmente con la firma de 152 obispos que critican "la incapacidad e ineptitud del gobierno federal" para enfrentar las crisis económica y sanitaria que afectan al país.

En diálogo con la carta de los obispos, los padres afirman que “los que nos gobiernan tienen el deber de actuar a favor de toda la población, de manera especial, los más pobres” y se dicen “profundamente indignados con las acciones del presidente de la República, negativas y desdeñosas de la vida”.

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En la carta, los padres también se solidarizan “con todas las familias que perdieron a alguien por esta enfermedad que siega vidas y aterroriza a todos”, consecuencia de la falta de políticas de combate del gobierno, que no tiene un Ministro de Salud. Finalmente, ellos reafirman “con alegría, ánimo y esperanza la fidelidad a la misión confiada a nosotros y apoyamos a los obispos signatarios de la Carta al Pueblo de Dios y en sintonía con la CNBB en su misión de testimoniar y fortalecer la colegialidad”.

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Lea entera la carta de los sacerdotes en apoyo a la Carta al Pueblo de Dios

“Andamos por el camino de Jesús”

Carta de padres en apoyo y adhesión a los obispos signatarios de la Carta al Pueblo de Dios 

“Mientras las ganancias de pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se sitúan cada vez más lejos del bienestar de aquella minoría feliz. Tal desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. A veces, sentimos la tentación de ser cristianos, manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los otros” (EG 56 y 270).

Nosotros, “Padres da Caminhada”, “Padres contra el Fascismo”, diáconos permanentes y tantos otros padres hermanos, empeñados en diversas partes de Brasil al servicio del Evangelio y del Reino de Dios, manifestamos nuestro agradecimiento y apoyo a los obispos por la Carta al Pueblo de Dios. Afirmamos que ella representa nuestros pensamientos y sentimientos. La consideramos un documento profético de una parte significativa de los Obispos de la Iglesia Católica en Brasil, “en profunda comunión con el Papa Francisco y su magisterio y en comunión plena con la Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil”, ofreciendo al Pueblo de Dios luces para el discernir las señales en estos tiempos tan difíciles de la historia de nuestro país.

El documento es una lectura lúcida y valiente de la realidad actual a la luz de la fe. Es la confirmación de la misión y del desafío permanente para la Iglesia: volver el Reino de Dios presente en el mundo, anunciando esperanza y denunciando todo lo que está destruyendo la esperanza de una vida mejor para el pueblo. Es como una gran tempestad que se abate sobre el nuestro país. Los obispos alertan sobre el peligro de que “la causa de esa tempestad es la combinación de una crisis de salud sin precedentes, con un avasallador colapso de la economía y con la tensión que se abate sobre los fundamentos de la República”, principalmente impulsado por el Presidente.

Nos sentimos también interpelados por esta realidad a dar nuestra palabra de presbíteros comprometidos en el seguimiento de Nuestro Señor Jesucristo. El Evangelio ilumina nuestro camino y vamos profundizando nuestro compromiso en la Iglesia, señal e instrumento del Reino, al servicio de la vida y de la esperanza. Cada vez más, vemos la vida del pueblo amenazada y sus sufrimientos, principalmente de los pobres, vulnerables y minorías. Tal realidad hace que nuestros corazones ardan, nuestros brazos luchen y nuestra voz grite por los cambios necesarios. Como recuerdan los Obispos, no estamos motivados por “intereses político-partidarios, económicos, ideológicos o de cualquier otra naturaleza. Nuestro único interés es el Reino de Dios”.

Los obispos expresaron muy bien en su carta, recordando al Santo Padre, el Papa Francisco, que “la propuesta del Evangelio no consiste sólo en una relación personal con Dios. Nuestra repuesta de amor no debería ser entendida como una mera suma de pequeños gestos personales a favor de algunos individuos necesitados […], una serie de acciones destinadas apenas a tranquilizar la propia consciencia. La propuesta es el Reino de Dios […] (Lc 4,43 y Mt 6,33) (EG. 180)”.

Sabemos que los que nos gobiernan tienen el deber de actuar a favor de toda la población, de manera especial, los más pobres. No ha sido ese el proyecto del actual gobierno, que “no coloca en el centro la persona humana y el bien de todos, sino la defensa intransigente de los intereses de una “economía que mata” (Alegría del Evangelio, 53), centrada en el mercado y en el lucro a cualquier precio”. Por eso, también estamos profundamente indignados con acciones del Presidente de la República, negativas y desdeñosas de la vida de seres humanos y también con la de “nuestra hermana, la Madre Tierra”, y tantas acciones que van contra la vida del pueblo y la soberanía de Brasil.

Es urgente la reconstrucción de las relaciones sociales, pues “este escenario de peligrosos impases, que colocan a nuestro país a prueba, exige de sus instituciones, líderes y organizaciones civiles mucho más diálogo que discursos ideológicos cerrados. […] Esa realidad no incluye indiferencia.”. La CNBB ha se pronunciado de forma contundente en momentos recientes; en su posicionamiento del 30 de abril, manifestó perplejidad e indignación con la negligencia en el combate al nuevo coronavirus y por eventos atentatorios al orden constitucional. En otro momento, los 67 obispos de la Amazonía publicaron otro documento, expresando inmensa preocupación y exigiendo mayor atención y cuidado del poder público con relación a la Amazonía y a los pueblos originarios. En la carta abierta al Congreso Nacional del 13 de julio de 2020 la CNBB denunció los 16 vetos del Presidente de la República al Plan de Emergencia para Enfrentamiento de la Covid-19 en los territorios indígenas, comunidades quilombolas y demás pueblos y comunidades tradicionales (PL nº PL 1142/2020, ahora Ley nº 14.021) diciendo: “Estos vetos son éticamente injustificables e inhumanos pues niegan derechos y garantías fundamentales para la vida de los pueblos tradicionales”. Otras Comisiones de la CNBB asumieron decididamente el lado de los pueblos tradicionales de Brasil “doblemente vulnerables: al contagio del coronavirus y a la constante amenaza de expulsión de sus territorios”.

En este tiempo de “tempestad perfecta”, la voz del Espírito resuena en posicionamientos valientes de la Iglesia, que renueva cada día su compromiso “en la construcción de una sociedad estructuralmente justa, fraterna y solidaria”, como indican los obispos en su carta.

Reafirmamos nuestro compromiso en la defensa y en el cuidado con la vida. ¡A la invitación de los obispos queremos dar nuestro si! “Estamos convocados a presentar propuestas y pactos objetivos, con el fin de superar los grandes desafíos, en favor de la vida, principalmente de los segmentos más vulnerables y excluidos, en esta sociedad estructuralmente desigual, injusta y violenta.” ¡Queremos empeñarnos para cuidar de este país enfermo!

Nos solidarizamos con todas las familias que perdieron a alguien por esta enfermedad que siega vidas y aterroriza a todos. Próximos a alcanzar 100 mil muertos en esta pandemia, es inadmisible que no haya en este gobierno un Ministro de Salud, que pueda conducir las políticas de combate al nuevo coronavirus.

Llamamos a todos los cristianos y cristianas, las iglesias y comunidades, y todas las personas de buena voluntad para que renueven, junto con los obispos, la opción por el Evangelio y por la promoción de la vida, difundiendo las semillas del Reino de Dios.

Nosotros, “Padres da Caminhada”, “Padres contra el Fascismo”, diáconos permanentes y tantos otros padres hermanos, reafirmamos con alegría, ánimo y esperanza la fidelidad a la misión confiada a nosotros y apoyamos a los obispos signatarios de la Carta al Pueblo de Dios y en sintonía con la CNBB en su misión de testimoniar y fortalecer la colegialidad.

29 de julio de 2020

Fiesta de Santa Marta

Edición: Leandro Melito