Más apertura para el capital extranjero, flexibilización de las leyes ambientales, destrucción del medio ambiente y ataques a los derechos de los pueblos indígenas, son algunas de las consecuencias del Plan de Minería y Desarrollo (PMD) anunciado por el gobierno brasileño el pasado lunes (28), advierten organizaciones sociales.
El plan define la agenda de gestión del presidente Jair Bolsonaro para la minería, período 2020-2023 e incluye un total de 110 objetivos divididos en diez ejes de interés temático. Entre ellos figuran el avance de la minería en nuevas áreas, la seguridad jurídica de las empresas, la ampliación del conocimiento geológico del sector, las inversiones y la financiación, la innovación y la sostenibilidad.
El PMD viene siendo trabajado desde 2019 con debates que también estimularon la presentación del Proyecto de Ley 191, que propone la regulación de la actividad minera en tierras indígenas así como la construcción de plantas hidroeléctricas. La propuesta, ampliamente criticada por la sociedad civil, fue prohibida por la oposición y se encuentra pausada en el Congreso.
“Esta política de desarrollo desenfrenado sobre los territorios es absurda, es una política de destrucción”
Según Jarbas Vieira, de la coordinación nacional del Movimiento por la Soberanía Popular en la Minería (MAM), si dicho Proyecto se aprobara, los impactos socioambientales serían extremadamente negativos. Empezando por el ataque a la forma de vida y los derechos de los pueblos originarios.
"Los territorios indígenas son lugares donde hay una preservación de la biodiversidad, un equilibrio que en el resto del país ya ha desaparecido. Al igual que en el Pantanal, en el territorio amazónico, en la pampa de Rio Grande do Sul y en el propio Cerrado que está en peligro de desaparecer. Esta política de desarrollo desenfrenado sobre los territorios es absurda. Es una política de destrucción. Querer destruir a los pueblos originarios de nuestro país es un crimen. Es una política genocida y colonizadora", enfatiza Vieira.
Un estudio realizado por la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), en asociación con la Universidad de São Paulo (USP), la Universidad de Queensland (Australia) y el Instituto Socioambiental (ISA), reveló que la liberación de la minería en esos nuevos territorios puede aumentar el impacto de la actividad en la región amazónica en más del 20% y generar pérdidas de hasta 5.000 millones de dólares en servicios de los ecosistemas, como la regulación de lluvias y la producción de alimentos.
Por su parte, Heider Bazo, de la coordinación nacional del Movimiento de Afectados por las Represas (MAB), dice que el plan forma parte de un conjunto de iniciativas negativas, que se vienen aprobando en el Ministerio de Medio Ambiente a la cabeza de Ricardo Salles.
"Parece como un intento de aprobar todas las normas que pudiesen, como lo dijo el propio ministro, y aprovechar el contexto [de la pandemia] para aprobar cosas que en otras circunstancias no se aprobarían tan fácilmente", afirma.
“Sabemos que hay grandes cantidades de minerales raros allí y el gobierno describe algunos con especial interés, como el niobio”
Por otro lado, además de la explotación de las tierras indígenas, según Bazo, el PMD tiene previsto aumentar la explotación minera en una zona de amortiguamiento, agilizar los procesos de entrega y facilitar la financiación pública centrada en la iniciativa privada del sector.
El coordinador del MAB destaca que el plan y las declaraciones de los miembros del gobierno dejan clara la codicia por la Amazonia.
"Así como la agroindustria avanza en la región en busca de mejores tierras para expandir la soja y el maíz, la minería también avanza en el subsuelo. Sabemos que hay grandes cantidades de minerales raros allí y el gobierno describe algunos con especial interés, como el niobio", señala.
El mercado internacional
Atraer a los empresarios del mercado interno y, sobre todo, externo es una de las prioridades del Plan de Minería. El Presidente Jair Bolsonaro (sin partido), por ejemplo, participó en el lanzamiento del plan junto con Bento Albuquerque, Ministro de Minas y Energía, y declaró que "el Brasil tiene mucho potencial para explotar el sector junto con países extranjeros".
"El capital financiero no puede venir y decirte donde va a operar y las condiciones para ello"
Para Jarbas Vieira, del MAM, se ve claramente que desde el año pasado, la Agencia Nacional de Minería (ANM) se ha estado moviendo para satisfacer los intereses de los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y de la Unión Europea. Grupos que demandan, justamente, la facilitación del proceso de explotación minera.
"Lo que veremos será una flexibilización y aceleración en la emisión del título minero y la instalación de la empresa. Esto significa que se ablandarán las licencias ambientales, que son trámites esenciales para identificar el impacto y la responsabilidad de las empresas", dice, añadiendo que el proceso es una seria amenaza para la soberanía brasileña.
"El capital financiero no puede venir a decirte dónde va a operar y las condiciones para ello. Sin embargo, vemos que en el fondo eso es lo que se está facilitando".
Modelo depredador
Otro punto del PMD considerado delicado es el incentivo de la minería en las regiones más pobres, bajo el argumento de que se desarrollarán con la llegada de la explotación minera.
Sobre esto, Heider, representante del MAB, hace hincapié en que los impactos sociales de la minería para las comunidades están lejos de ser el desarrollo vendido por el gobierno.
"Históricamente las comunidades pobres se tornan aún más vulnerables con el desarrollo de la minería, que deja impactos sociales, económicos y ambientales a lo largo de los años de manera crónica cuando no los dejan de manera aguda, tal es el caso de la ruptura de represas", dice.
Como ejemplo, cita la ruptura de las represas Mariana y Brumadinho, ambas en el estado de Minas Gerais, y la insuficiente reparación por parte de las empresas Vale y BHP Billiton, responsables de la minería en la región.
El coordinador del MAB señala que la actividad minera tiene consecuencias diarias para la salud física y mental de las poblaciones ribeirinhas*, los pescadores y los agricultores, ya sea por la contaminación por minerales y el desarrollo de enfermedades físicas o por el sufrimiento psicológico de los afectados en espera de reparación.
"Históricamente las comunidades pobres se tornan más vulnerables con el desarrollo de la minería"
Por otro lado, el plan se refiere varias veces al supuesto aumento del nivel de cuidado y sustentabilidad del sector minero. Pero frente a la destrucción ambiental en marcha, los activistas están seguros de que las propuestas se quedarán en el papel.
"Parece hasta ridículo que un gobierno como este afirme que será responsable con los impactos ambientales y sociales causados por la minería. La política del gobierno no es para nada de preocupación por las comunidades o por el medio ambiente, vean lo que pasa ahora con las quemas y lo que el gobierno ha hecho con la minería ilegal en los bosques nacionales. Solo el perdón para lo que ellos han hecho", critica Vieira.
*Que habitan en las orillas de los ríos.
Edición: Luiza Mançano e Pilar Troya