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Elecciones municipales en Brasil: avanza la derecha y la izquierda ensaya unidad

La derecha tradicional eligió más alcaldes en las capitales del país; candidatos bolsonaristas fracasaron

Traducción: Luiza Mançano

Brasil de Fato | São Paulo (SP) |
"La izquierda no logró dialogar acerca de los problemas centrales para el pueblo brasileño”, analiza el referente del MST - Fernando Frazão / Agência Brasil

Las elecciones municipales de Brasil, realizadas en dos vueltas, estuvieron marcadas por la pandemia de covid-19, lo que impactó el proceso electoral desde la precampaña. Más allá de la excepcionalidad del coronavirus, la contienda representa el fracaso de los candidatos apoyados por el presidente Jair Bolsonaro (sin partido), el ensayo de una unidad de la izquierda en varias capitales y la victoria masiva de la derecha tradicional en las principales ciudades del país.

La Constitución brasileña establece que debe haber una segunda vuelta para la elección de alcaldes cuando ninguno de los candidatos obtenga más de la mitad de los votos válidos en la primera vuelta.

El último domingo (29) se realizó la segunda vuelta de las elecciones para elegir los alcaldes de 57 municipios brasileños y prevaleció la hegemonía de la derecha tradicional en 25 de ellos. Los resultados se dieron a conocer unas horas después de la finalización de la votación, ya que el país cuenta con un sistema electoral 100% electrónico desde las elecciones municipales de 1996.

En las capitales de los estados del país, siete decidieron su próximo alcalde en la primera vuelta, realizada el 14 de noviembre y la derecha y la centroderecha triunfaron. En la segunda vuelta, el campo progresista ganó en cuatro capitales: en Belém, capital de Pará, en la región noreste del país, y en tres ciudades de la región noreste: Aracaju, Recife y Maceió, capitales de Sergipe, Pernambuco y Alagoas respectivamente.


El alcalde electo en Belém (Pará), Edimilson Rodrigues, del Partido Socialismo y Libertad, y su vicealcalde Edilson Moura, del Partido de los Trabajadores (PT) / Mácio Ferreira/Assessoria

Campo progresista

Esta es la primera vez desde la redemocratización del país que el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula da Silva no ganó la alcaldía en ninguna capital de Brasil. En las elecciones municipales de 2016, el PT ganó solo en Rio Branco, capital de Acre (norte del país), pero su alcalde Marcus Alexandre había renunciado el 2018.

Sin embargo, comandará cuatro de las 100 ciudades más grandes del país: en dos municipios de la región metropolitana de São Paulo, Diadema y Mauá y dos en Minas Gerais, Contagem [región metropolitana de Belo Horizonte] y Juiz Fora.

La presidenta del Partido de los Trabajadores, la diputada federal Gleisi Hoffmann señala que la lista “obtuvo un 40% de los votos o más en los municipios disputados, lo que demuestra que la izquierda sigue competitiva”.

Para Hoffman, el próximo desafío será construir un camino de unidad y diálogo que “se hizo viable en las elecciones municipales”.

Aunque el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) haya ganado solo en Belém (Pará), para los analistas consultados por Brasil de Fato, sale fortalecido de la contienda, también por haber disputado la alcaldía de São Paulo con el candidato Guilherme Boulos, líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST).

:: ¿Qué está en juego en las elecciones municipales de Brasil? ::

Para la politóloga Maria do Socorro Sousa Braga la significativa candidatura de Guilherme Boulos que hizo frente al actual alcalde de São Paulo, el derechista Bruno Covas, es algo notable.

“Hay una tendencia de oxigenación del campo izquierdista. El PT sigue como el partido más importante de la izquierda, aunque sin su hegemonía anterior. El PSOL asciende con líderes importantes, como Guilherme Boulos, mientras el PT tiene una mayor capilaridad”, analiza.

Y añade que la victoria del “centrão” [“gran centro”, conformado por partidos de la derecha y centroderecha] no representa una derrota para Bolsonaro ya que se encuentran en el mismo campo de la política nacional. Ese elemento, según la politóloga, confirma la necesidad de construir un frente amplio contra la ofensiva de la derecha.

Pese a la derrota de Guilherme Boulos, su candidatura representó un paso significativo para la unidad de la izquierda en el escenario nacional. Destacadas figuras políticas que se enfrentaron en las últimas elecciones presidenciales, como Ciro Gomes, Lula da Silva y Marina Silva apoyaron el líder de las personas sin techo en la segunda vuelta de las elecciones municipales.


Guilherme Boulos (PSOL) tuvo cerca del 40% de los votos en São Paulo (SP) / Foto: Divulgación

Un fenómeno similar ocurrió en Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, en torno a la candidatura de Manuela D'Ávila (PCdoB), que quedó en segundo lugar, y en Fortaleza, capital de Ceará: la elección de José Sarto (PDT) fue la victoria de un frente antibolsonarista.

En otras ciudades, como Rio de Janeiro, los partidos progresistas lanzaron candidaturas propias y no disputaron la segunda vuelta.

En total, los partidos de izquierda y centroizquierda brasileños eligieron 12 alcaldes este 29 de noviembre.

Hegemonía de la derecha

La derecha brasileña fue la ganadora de las elecciones municipales del último domingo en Brasil y eligió a 13 alcaldes entre las 26 capitales de los estados brasileños.

El predominio de la derecha neoliberal contrasta con el fracaso de los candidatos apoyados por Bolsonaro, como Celso Russomano en São Paulo, que no llegó a la segunda vuelta y Marcelo Crivella, actual alcalde de Rio de Janeiro, que perdió las elecciones. El presidente derechista apoyó a 13 candidatos a alcalde en Brasil y solo dos fueron electos.

Para el politólogo Rudá Ricci el resultado positivo para la derecha en las elecciones municipales de 2020 en Brasil se vincula al fenómeno del antipetismo en el país, que ganó fuerza desde 2014 con la operación Lava Jato.

“Los electores votaron, durante más de una década, sobre todo en el ámbito federal, por el Partido de los Trabajadores”, recuerda.

“Después hubo una campaña difamatoria contra el PT, que desconcertó a los electores. Entonces transfirieron sus votos al otro lado, hacia lo nuevo, apolítico, empresarial [se refiere al bolsonarismo, expresivo en 2018]. En poco tiempo se dieron cuenta de que fue un error porque en estas elecciones votaron por la centroderecha y parecen haber votado por lo que ya conocían”

En el análisis de Gleisi Hoffman, no se puede señalar una única fuerza política como ganadora de las elecciones municipales.

“La derecha liberal, representada por partidos como PSDB y DEM, enfrentó duras batallas en las ciudades donde siempre tuvieron la hegemonía, como en São Paulo”, observa.

“El significado político de esta victoria del ‘centrão’ no es tan expresivo, una vez que estuvo con el PT durante algunos años, y ahora está con Bolsonaro, no tienen una identidad política definida”.


La diputada federal Margarida Salomão (PT) será la alcaldesa de Juiz de Fora, Minas Gerais. Entre las 100 ciudades más grandes del país, solo 12 serán comandadas por mujeres. / Divulgación

João Paulo Rodrigues, integrante de la Coordinación Nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), considera que el bolsonarismo sigue como una amenaza consistente, aunque “oculta” en los partidos derechistas tradicionales.

“No se puede subestimar la fuerza del bolsonarismo. Las elecciones demostraron la fuerza del agronegocio en las candidaturas del centro-oeste de Brasil, incluso en los partidos de centro pero con un discurso bolsonarista. Hasta 2022, vamos a ver una migración de Bolsonaro hacia los partidos del ‘centrão’, su reserva política para llegar a un segundo mandato y agredirnos”, vaticina.

“En el contexto de la pandemia, la gente quiere solucionar el problema del hambre y del desempleo. Veo que la izquierda metida en su burbuja de la agenda contra Bolsonaro no logró dialogar acerca de los problemas centrales para el pueblo brasileño”, se lamenta. Además, el debate de un frente amplio no puede ocurrir solo en la segunda vuelta. Donde hubo unidad en la primera vuelta, llegamos con más fuerza en la recta final”.

Limitaciones

El politólogo Paulo Nicoli Ramirez analiza que las elecciones municipales fueron un “ejercicio de calentamiento para las elecciones presidenciales de 2022” y demostró el debilitamiento de un discurso ultraconservador en ascenso en Brasil desde 2013”.

Sin embargo, los disparos masivos de noticias falsas siguen causando daños. El especialista resalta la campaña violenta y misógina contra las candidatas a la alcaldía en Porto Alegre y Recife, Manuela D’Ávila y Marília Arraes, derrotadas en la segunda vuelta. “Nuestra sociedad aún es muy arcaica respecto a la participación de las mujeres en la política”, afirma.

Solo una de las capitales de los estados brasileños tendrá una alcaldesa el próximo año: el municipio de Palmas, en Tocantins, región norte del país donde Cinthia Ribeiro, candidata de centro derecha ganó en la primera vuelta. Dieciocho alcaldes y alcaldesas de las capitales brasileñas son blancos y entre los siete alcaldes afrodescendientes electos, tres se declararon blancos en las elecciones anteriores.

:: 60% de los municipios de Brasil no tiene mujeres disputando la alcaldía este año ::

Para João Paulo Rodrigues, líder del MST, la campaña más bonita en estas elecciones municipales, que expresó una importante disputa de proyecto político, tuvo lugar en el municipio de Juiz de Fora, Minas Gerais, donde Margarida Salomão (PT) será la próxima alcaldesa.

Su análisis definitivo es de los daños debido a la ola conservadora que eligió a Bolsonaro siguen visibles. “El conjunto de los partidos progresistas todavía no recuperó su imagen en la ciudadanía. Tomará tiempo arreglar los efectos de la Operación Lava Jato”.

Según Rodrigues, la pandemia agravó la situación. “No pudimos hacer lo que hacemos mejor, la militancia en las calles, puerta a puerta”, reconoce. "A partir de este lunes (30), los partidos deben necesariamente convocar un debate sobre la unidad y la organización de las tareas políticas en las grandes ciudades", concluye el referente”.

El abstencionismo en la segunda vuelta llegó a un 30% en diversas ciudades del país, como São Paulo y Porto Alegre, el mayor índice en 25 años. En Rio de Janeiro, la abstención alcanzó un 34,5% y superó los votos del derechista Eduardo Paes, que será el próximo alcalde de la ciudad.

Edición: Rodrigo Chagas