La Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) reveló en un informe este miércoles que un total de 965 miembros de comunidades originarias han muerto por la Covid-19, enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2.
Además, en su actualización, informaron que hasta el 12 de febrero 48.554 nativos fueron positivos a la enfermedad, por lo que 161 pueblos se vieron afectados.
Por su parte, la secretaría de Salud Indígena del ministerio de Salud señala que, hasta el 11 de febrero, 42.508 personas han sido infectadas y 564 perdieron la vida, en contrastación con lo que informó APIB.
El investigador Fernando Ferreira Carneiro, mimbro de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz)en el estado de Ceará, al nordeste de la nación, aseguró que las poblaciones tradicionales y más pobres son las más afectadas por la pandemia, según un estudio reciente.
“Si ya es difícil acceder al Sistema Único de Salud en la ciudad, imagínense en zonas alejadas, con difícil acceso para los equipos de salud familiar. Poblaciones que tienen dificultad para desplazarse y muchas veces no están en nuestras bases de datos”, alertó.
“Vivimos un apagón de datos en el ministerio de Sanidad”, recordó. Desde hace cinco días resulta imposible acceder a estadísticas en la página de la APIB, por lo que este legado histórico tenderá a agravarse.
Mientras tanto, otros estudios aseveran que hay una “una incompatibilidad de datos, la cual tiene que ver con la definición de lo que es o no indígena. Como resultado, se eliminan 500 muertes, por ejemplo”.
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Carneiro, ante la situación que enfrentan los pueblos tradicionales, preguntó si no llegó ya el momento de crear lo que se puede llamar una vigilancia Popular de la Salud y el Medio Ambiente.
Esta idea nació como una alternativa que toma en cuenta las condiciones y características de las comunidades, a su invisibilidad a la hora de la atención sanitaria por parte de la administración del ultraderechista Jair Bolsonaro, de manera especial durante la pandemia.
Según la APIB, además del virus, los pueblos indígenas tienen muchas otras amenazas que se intensifican con la negligencia y los ataques del Ejecutivo.
“Las tentativas de cambio legislativo, el discurso de odio, el racismo institucional y el avance del agronegocio sobre los territorios caracterizan la relación del Gobierno federal con los indígenas”, subrayó.
De acuerdo con el último censo nacional, unos 900.000 brasileños se reconocen como nativos. Sin embargo, en las últimas décadas, los expertos aseguran que aumentó este número. Se trata de familias mixtas expulsadas de sus territorios a lo largo del tiempo y que ahora buscan recuperar su identidad colectiva.