Un año de pandemia

Para médico de Stanford, EEUU falló al no tener plan nacional que combata el Covid-19

La falta de una acción estructural en el país afectó al sector sanitario, mientras que la crisis política lo agravó todo

Traducción: Roxana Baspineiro

Brasil de Fato | Los Angeles (EEUU) |
Los fallos en el inicio de la lucha contra la pandemia causaron efectos mortales hasta el día de hoy en el país norteamericano - AFP

El 19 de marzo de 2020, el estado de California, en Estados Unidos, se convirtió en el primero en tomar medidas contra la nueva pandemia de coronavirus que, a los pocos días, siguieron otras regiones del país. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, Estados Unidos es hoy, un año después, el país más afectado por la crisis sanitaria. Según un estudio de la plataforma Worldometer, hay más de 30 millones de casos confirmados de la enfermedad y casi 550.000 muertes.

Según el médico infectólogo Dean Winslow, de Stanford Health Care, el gobierno de Donald Trump, que dirigía la Casa Blanca al inicio de la pandemia, fracasó a la hora de poner en marcha una acción coordinada y eficiente.

"Tenemos que luchar contra una pandemia como luchamos contra una guerra: con una estrategia coherente y amplia. No tiene sentido dejar que los soldados y los batallones decidan por sí mismos a medida que se desarrollan las cosas", dijo el médico al reportaje de Brasil de Fato.

La autonomía de los estados de EE.UU. fue un reto al principio de la crisis y puede ser un reto para su final. Esto se debe a que regiones como Texas suspendieron la obligatoriedad de las máscaras y ya han liberado a los comercios para que operen casi con normalidad, mientras que California mantiene la obligatoriedad de las máscaras y las restricciones a las actividades económicas.

"Creo que la administración de Joe Biden ha actuado de forma asertiva para dar prioridad a las vacunas y mejorar la inmunización de la población", afirma el médico. Hace una semana, el líder demócrata de la Casa Blanca anunció que a partir del 1 de mayo todos los ciudadanos locales tendrán acceso a la vacuna. Mientras tanto, ya se han distribuido 115 millones de dosis en todo el territorio nacional, según el Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés).

Controlar la pandemia es crucial para que los estadounidenses también puedan remediar la economía, una de las áreas más afectadas por el Covid-19. No en vano, el PIB [Producto Interno Bruto] estadounidense se contrajo hasta un 3,5% en 2020, y en abril de ese año, el nivel de desempleo llegó a rondar el 15%.

Aunque reconoce que Estados Unidos está actuando ahora de forma incisiva para mover su mercado interno, el economista de Morning Consult John Leer cree que todo este sufrimiento podría haberse evitado.

"Ya sabíamos, en julio del año pasado, que sería necesario un nuevo paquete de estímulo. Pero por razones políticas, la propuesta no fue aprobada por el Congreso y dejó al sector debilitado. Vimos una retracción del gasto y una caída en la confianza de los consumidores", explica.

Joe Biden fue electo con la propuesta de aprobar un paquete de estímulo de 1,9 billón de dólares, que fue aprobado la semana pasada. Los estadounidenses desempleados que se ajustan a las normas establecidas por la FED, el banco central de Estados Unidos, ya están recibiendo cheques de 1.400 dólares.


El presidente estadounidense, Joe Biden, en su discurso inaugural como presidente electo, el 20 de enero / ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP

"Creo que la nueva administración está haciendo un buen trabajo para acelerar y distribuir mejor esta ayuda de emergencia. Al principio, no estábamos seguros de si debíamos dar prioridad a las empresas o a los consumidores y pusimos ambas cosas como prioridad, ahora las cosas están más claras y ágiles", dice Leer.

Sin embargo, eso no es exactamente lo que piensa la trabajadora social Heather Walter-McCabe, que también es profesora de la Wayne State University. "Lo que yo diría, en general, es que Estados Unidos puede y debe hacerlo mejor para todos aquellos que no son [solamente] empresas", critica.

Además de preocuparse por el fin del decreto que suspende el desalojo de los que no pueden pagar el alquiler, Walter-McCabe también vigila de cerca la desigualdad en la distribución de las vacunas. "Tenemos una disparidad estructural en el acceso a la atención sanitaria, y es importante llevar la inmunización a las comunidades más vulnerables, que se ven aún más afectadas por la enfermedad", apunta.

No obstante, al igual que el economista, la trabajadora social reconoce que el cambio de gobierno ha traído ventajas en la lucha contra la pandemia, y cita a Chicago como un buen ejemplo. "Allí están organizando una interesante campaña de vacunación entre la comunidad negra, en las zonas más vulnerables", dice.

Ahora se espera que todas estas turbulencias vividas en los últimos 12 meses en el país sirvan para reforzar el sistema sanitario estadounidense y el Centro de Control de Enfermedades, facilitando el camino para la ejecución de acciones coordinadas. Incluso porque, según el Dr. Winslow, ésta no será la última pandemia: "Seguramente tendremos otras, es sólo cuestión de tiempo".

Edición: Vinícius Segalla