Directora, guionista, productora y actriz tanto de películas y telenovelas como de trabajos performáticos más autorales e independientes en el escenario artístico contemporáneo, Ana Flavia Cavalcanti, de 33 años, ha abordado de forma irreverente y lúdica cuestiones relacionadas con la raza.
En Rã [Rana], cortometraje que escribió y dirigió con Julia Zakia en el cual también actuó, una niña de un barrio violento de la periferia paulistana come rana por primera vez después de que un vecino se roba la carga de un camión con cajas de carne.
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Para felicidad de los niños, las ranas son colocadas provisionalmente en una piscina de plástico. La historia, convertida ahora en ficción, forma parte de la infancia de Ana Flavia.
"Mi madre pasó la noche pensando que iba a hacer y decidió compartir la carga con las vecinas. ¡Fue una euforia! Hay una relación fuerte allí entre el crimen, la infancia, los descubrimientos, la nostalgia y las amistades. Esa madre soltera construye muchas cosas. Dentro de una casa de un solo cuarto, pone ventanas, hace los juguetes de sus hijas", cuenta ella en el vídeo promocional del filme.
En otro de sus proyectos osados, Ana Flavia circuló por diversas ciudades dentro de un coche de bebé rosa en la performance A babá quer pasear [La niñera quiere pasear].
La idea fue hacer una crítica contundente de las condiciones de las empleadas domésticas en Brasil. Al invertir los papeles y poner a la niñera en necesidad de cuidado, la acción en las calles mostró la vulnerabilidad social y económica de las mujeres negras.
Performance La niñera quiere pasear recorrió las calles de diversas ciudades y fue presentada hasta en una manifestación de bolsonaristas / Divulgación
Por eso, en entrevista con Brasil de Fato, la actriz, que ha tenido actuaciones elogiadas en telenovelas y series como Amor de Mãe [Amor de madre], Sob Pressão [Bajo presión], Malhação [Entrenamiento] y Além do Tempo [Más allá del tiempo], así como en el cine en filmes como Corpo Elétrico [Cuerpo eléctrico], explica por que la cuestión de la negritud es central en sus trabajos.
"Soy mujer, soy negra, nací en una favela de Diadema (São Paulo), soy hija de una mujer que trabajó toda la vida como diarista* soy bisexual y, como si no bastara, soy una brasileña viviendo en 2021. O sea, todos esos cruces me hacen ser quien soy y mi trabajo sale literalmente de mi", afirma.
A continuación la entrevista:
Brasil de Fato: Como actriz, directora, productora, performer, ¿cuál es el grado de importancia de representar la cuestión de la negritud en sus trabajos?
Ana Flavia Cavalcanti: La importancia es máxima. Soy una mujer, soy negra, nací en una favela de Diadema, soy hija de una mujer que trabajó la vida toda como diarista [empleada doméstica que trabaja por jornada], soy bisexual y, como si no bastara, soy una brasileña viviendo en 2021. O sea, todos esos cruces me hacen ser quien soy y mi trabajo sale literalmente de mi.
Cuando usted piensa en la imagen de hombres y mujeres negras en producciones audiovisuales, ¿ve al racismo relacionado con la cuestión de clase social y de imposibilidad de acceso al capital económico, intelectual?
Cuando veo mujeres y hombres negros en producciones audiovisuales representando con dignidad a nuestro pueblo, pienso en revolución social, pienso en un futuro bueno.
¿Puede hablar sobre o proceso de creación y sobre la centralidad del tema del racismo en sus trabajos más autorales, como la performance A Babá Quer Passear [La niñera quiere pasear] y la película Rã [Rana]?
No veo que el racismo se sitúe en el centro. En mis trabajos, veo e insisto en mostrar la lucha contra el racismo. Rana nació de una experiencia mía de vida. Amo la inspiración en referencias autobiográficas.
En su percepción, ¿cambió cuantitativa y cualitativamente la representación de personas negras y cierto estereotipo de ellas en la producción audiovisual brasileña, incluyendo TV, cine, streaming?
Si cambió. Veo que si.
Hay una ausencia muy fuerte de directoras y directores negros en la historia del cine brasileño. ¿Eso cambió, está cambiando en el escenario contemporáneo?
Percibo que no es ausencia de directoras y directores negros en la historia del cine. Es, en realidad, la ausencia de deseo y voluntad de las personas blancas que están en posición de poder. No quieren compartir el privilegio. Siempre existieron personas negras con ganas de dirigir filmes, telenovelas, teatro. Tengo certeza de eso.
Usted ya se declaró bisexual. ¿Qué prejuicios ha enfrentado por eso y por ser mujer y negra? ¿Que conquistas quiere usted para las mujeres negras en la producción audiovisual y en la sociedad?
Prefiero contar buenas noticias. Ser negra es una experiencia bien bonita y compleja y aprendemos a bailar samba temprano. Quiero libertad y poder para las mujeres negras.
* Empleada doméstica que trabaja por jornada.
Fonte: BdF Rio de Janeiro
Edición: Mariana Pitasse
