Según una denuncia hecha por el diario O Estado de S. Paulo, una propiedad de Piquet en Brasilia se convirtió en un depósito de "decenas de cajas con pertenencias" que Bolsonaro "no quiso entregar a la Unión" -incluidas joyas-. El expiloto de Fórmula 1 Nelson Piquet, uno de los más famosos y dedicados seguidores de Jair Bolsonaro, se mantuvo fiel hasta los últimos días del mandato de Jair.
Según el diario, las cajas enviadas solo contienen artículos de alto valor económico. Las cosas que al presidente no le importaban, como cartas y libros, habrían sido enviadas al Archivo Nacional y a la Biblioteca Nacional.
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En un reportaje publicado este martes 28, Estadão revela que Bolsonaro envió los presuntos regalos a un local conocido como "Fazenda Piquet", en la región de Lago Sur, una de las más caras de la capital federal, Brasilia. Los artículos habrían sido enviados directamente desde los garajes privados del Palacio de Planalto y del Palacio de Alvorada.
El equipe de Estadão intentó contactar a Piquet, pero no obtuvo respuesta. Seguidor acérrimo del expresidente, participó en actos antidemocráticos, vociferó contra Lula e incluso actuó como chofer privado del entonces presidente en eventos en la capital federal.
Durante la disputa electoral de 2022, Piquet también fue autor de la mayor donación hecha por un individuo a la campaña de Bolsonaro: 501 mil reales (aprox. 97 mil USD). Coincidencia o no, la empresa del expiloto, Autotrac Comércio e Comunicações, que fue contratada por el Ministerio de Agricultura, había recibido, meses antes, una adenda de contrato de cerca de 6,6 millones de reales (aprox. 1,3 milones USD), sin licitación.
En otro episodio de su carrera posterior a la jubilación deportiva, Piquet fue condenado, la semana pasada, a pagar 5 millones de reales (aprox. 1 millón USD) después de discursos racistas y homofóbicos dirigidos al piloto de Fórmula 1 Lewis Hamilton, durante una entrevista con un canal de internet.
Conozca el caso
Joyas valoradas en aproximadamente 3,2 millones de dólares fueron encontradas en octubre de 2021 en la maleta del militar Marcos André Soeiro, asesor del entonces ministro de Minas y Energía de Bolsonaro, Bento Albuquerque. En ese momento, la delegación regresaba de un viaje a Arabia Saudita. Agentes de la Receita Federal detuvieron las joyas en la aduana brasileña en el aeropuerto internacional de Guarulhos.
Según la legislación brasileña, para ingresar al país con bienes de valor superior a 1 mil USD, el pasajero debe pagar un impuesto de importación equivalente a la mitad del valor del artículo. Si la persona es sorprendida tratando de ocultar que tiene el producto, como sucedió en este caso, hay una multa adicional del 25% de su valor.
La única forma de evitar el pago del impuesto y la multa, que sumaría cerca de 2,3 millones de dólares, sería declarar que se trata de un regalo oficial al Estado. En este caso, sin embargo, las joyas quedarían con el Estado brasileño, no con Michelle Bolsonaro. No era la opción que querían, como muestran los documentos de los intentos del gobierno de Bolsonaro por recuperar los diamantes.
Al mes siguiente, el Ministerio de Relaciones Exteriores –entonces bajo el mando de Carlos França– también participó en el caso. Un oficio solicitando la liberación de las piedras preciosas fue enviado a la Receita Federal el 3 de noviembre de 2021. En comunicado oficial, la Receita Federal negó y explicó los trámites legales necesarios para que esto suceda.
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No satisfecho, el propio Jair Bolsonaro –quien ahora dijo a CNN que ni siquiera estaba al tanto de la existencia de estas joyas– insistió con el pedido a la Receita, en un oficio con fecha del 28 de diciembre de 2022. No funcionó.
El 29 de diciembre, un día antes de que Bolsonaro dejara el gobierno y se fuera a los Estados Unidos antes de perder su fuero privilegiado, el asistente del presidente fue personalmente a Guarulhos. Jairo Moreira da Silva, sargento de la Marina, hizo el último y frustrado intento de recuperar las joyas.
¿Por qué estos 'regalos' tan caros?
El 7 de marzo, la Federación Única de Petroleros (FUP) activó al Ministerio Público Federal (MPF) para investigar una posible relación entre las joyas que el expresidente Jair Bolsonaro habría intentado apropiarse ilegalmente y la privatización de la Refinería Landulpho Alves (RLAM), en Bahía. Las joyas serían un supuesto regalo de Arabia Saudita a la entonces primera dama Michelle Bolsonaro –pero que muchos observadores tratan como un posible soborno–.
Petrobras completó la venta de RLAM el 30 de noviembre de 2021 a Mubadala Capital, controlada por el fondo soberano de Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos. La refinería costó 1.800 millones de dólares, la mitad de su valor de mercado, según la FUP, y la venta se realizó sin licitación.
Más tarde, un mes después de la venta de la refinería, Bolsonaro viajó a Medio Oriente, con la primera escala precisamente en Abu Dhabi y, en un "fallido", dijo el 5 de marzo que las joyas "fueron pactadas" en los Emiratos Árabes Unidos, y no en territorio saudí. "Yo estaba en Brasil cuando se pactó este regalo allá en los Emiratos Árabes Unidos para el Ministro de Minas y Energía. Lo trajo su asesor, en un avión de pasajeros, y se quedó en la Aduana", dijo el expresidente, luego de un acto político en Washington.
Edición: Nicolau Soares e Flávia Chacon