El gobierno de Lula inició su tercer mandato con una intensa agenda internacional, buscando la reintegración de Brasil con el mundo y con América Latina. A partir del regreso del país a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), mediante decreto, el gobierno hace un importante gesto a los países del sur del continente.
Argentina siguió esta decisión y, en la misma semana, anunció su regreso a UNASUR. Como primer paso hacia un retorno conjunto al bloque, la embajadora brasileña Gisela Padovan entregó la Carta de Ratificación del Tratado Constitutivo de la UNASUR a la embajadora argentina Luciana Tito, en Buenos Aires, el martes 11.
Mariana Vázquez, integrante del Observatorio del Sur Global, observa que la recuperación de UNASUR podría significar una reinserción conjunta al contexto político y económico internacional. "La proyección internacional de las geografías de nuestra región es muy diferente si se piensa desde la unidad, y no desde la perspectiva de países aislados", afirma.
En términos concretos de integración regional para la relación con otras regiones –especialmente con las potencias– se suelen destacar dos experiencias clave de la UNASUR: el Consejo de Defensa Suramericano y el Consejo de Salud.
"El Consejo de Defensa Suramericano fue un proyecto sin precedentes en la historia de América del Sur: una cooperación regional sin la presencia de EE.UU. en un punto tan sensible para la hegemonía estadounidense en nuestra región", afirma la doctora en Relaciones Internacionales Carolina Albuquerque.
"UNASUR supo definir una doctrina de defensa suramericana centrada en nuestros intereses, por ejemplo, en la defensa de nuestros recursos naturales, o bienes comunes, en tensión con la perspectiva global", destaca Vázquez.
En el caso del Consejo de Salud, los países de la UNASUR tuvieron la posibilidad de realizar compras conjuntas de medicamentos, lo cual es ventajoso en términos económicos y garantiza una mayor capacidad de negociación. "Es algo que se echó de menos durante la pandemia", destaca Albuquerque, mencionando el caso de Brasil.
Venezuela y la nueva UNASUR
Desmantelado en 2019 con la salida de países clave por decisión de gobiernos de derecha, el bloque sugiere hoy un resurgimiento bajo un nuevo tipo de permeabilidad de la derecha en la movilización civil de los países de la región.
Los gobiernos que decidieron salir del bloque –Paraguay, Colombia, Perú, Chile, Guyana y Ecuador– idearon un nuevo mecanismo que reuniera, en particular, esa derecha que se estaba consolidando en la región, como fue el caso de PROSUR: el Foro para el Progreso e Integración de América del Sur. El bloque, alineado con los intereses de Estados Unidos, resultó un activo del ataque de la Casa Blanca contra Venezuela.
"Está por ver cómo esto [una derecha con una base social profunda] puede afectar el proceso de integración, sin embargo, este no será el único desafío. No sabemos cómo será la relación entre la nueva UNASUR y Caracas, más allá de los intereses de nuestras actuales élites gubernamentales de izquierda", afirma Albuquerque, destacando los duros embargos de la comunidad internacional que han caído sobre Venezuela en los últimos años.
Esto se refleja incluso en la actitud de algunos de los actuales mandatarios ubicados a la izquierda en la región, como es el caso del presidente de Chile, Gabriel Boric, quien suele criticar la gestión de Nicolás Maduro. "Creer que vamos a poder tratar a Venezuela como en ese primer momento [de UNASUR] no es realista", concluye Albuquerque.
El analista internacional venezolano Sergio Gelfenstein agrega: "Venezuela ha sido prácticamente excluida del sistema interamericano. Es más, por primera vez en la historia se creó un mecanismo multilateral dentro de América Latina, el Grupo de Lima, para derrocar a un gobierno", afirma Gelfenstein.
Nuevo horizonte
La reintegración de dos países importantes como Brasil y Argentina abre la posibilidad de un nuevo capítulo. Los temas discutidos hasta ahora entre Brasilia y Buenos Aires incluyen salud, defensa, tráfico transfronterizo, integración de cadenas productivas e infraestructura, además de vínculos con otras regiones del Sur global, con énfasis en iniciativas con países árabes y africanos.
También se discute establecer una nueva sede de UNASUR, ya que el entonces presidente de Ecuador, Lenín Moreno, exigió el vaciamiento de la sede del bloque en 2019. De todas maneras, Argentina atraviesa un año electoral y su destino es incierto. "Esto es fundamental para poder hacer una lectura sobre lo que va a pasar con UNASUR", dice Vázquez.
Edición: Thales Schmidt e Flávia Chacon