El Supremo Tribunal Federal (STF) debe reanudar, este miércoles 24, el juicio que definirá si es constitucional criminalizar a alguien por la tenencia de drogas para consumo personal en Brasil. Por motivo de la votación, y con el lema "Legalice todo, STF", la Marcha de la Marihuana de São Paulo convocó a un acto para el mismo día, a las 18:30 horas en el Museo de Arte de São Paulo (MASP), en la Av. Paulista. Con volantes y una conferencia pública, la manifestación de este miércoles es una "previa", según los organizadores, de la gran marcha anual, prevista para el próximo 17 de junio.
El tema comenzó a ser juzgado por la Corte en 2015, a través de un recurso presentado por la Defensoría Pública de São Paulo, luego de que un hombre fuera condenado a hacer dos meses de servicio comunitario por haber sido sorprendido con tres gramos de marihuana dentro de su celda, en el Centro de Detención Provisional de Diadema.
Según la Defensoría, la legislación vigente vulnera los principios de intimidad y privacidad. Lo que se argumenta es que el artículo 28 de la Ley de Drogas (nº 11.343/2006), que sanciona a quienes porten sustancias de consumo personal, es inconstitucional, ya que, además de violar el derecho a la autodeterminación, sería una delito cuya única "víctima" es la persona que lo comete. Antes de que el entonces magistrado Teori Zavascki pidiera opiniones consultivas, paralizando el proceso durante ocho años, tres magistrados habían emitido sus votos.
El magistrado Gilmar Mendes, relator del caso, argumentó que portar drogas para uso personal ya no debería ser un delito. Los magistrados Luís Roberto Barroso y Edson Fachin, por otro lado, se mostraron a favor de despenalizar la posesión solo para el cannabis, una posición que la Marcha de la Marihuana de São Paulo considera un "absurdo jurídico".
"Vamos a las calles a defender no la despenalización de la marihuana, como quieren algunos magistrados, sino la legalización de todas las drogas, el fin de la guerra y el inicio de la libertad", afirmó Júlio Delmanto, activista de la Marcha de la Marihuana de São Paulo.
El plenario planificaba reanudar el juicio en 2019, pero luego de reuniones entre el entonces presidente de la Corte Suprema, Dias Toffoli, y el gobierno de Bolsonaro, con la mediación del notorio prohibicionista Osmar Terra, el tema fue retirado de la agenda. Programado para reanudarse este miércoles 24, el próximo en declarar su voto será el magistrado Alexandre de Moraes, quien reemplazó a Zavascki en la Corte después de su muerte en un accidente aéreo en 2017.
"El Estado no puede tratar a los adultos como niños"
La tesis jurídica en debate, resume el abogado Cristiano Maronna, integrante de la Red Jurídica para la Reforma de la Política de Drogas (Red Reforma), "es que el Estado no puede tratar a las personas adultas como niños. Se trata de un paternalismo jurídico inadmisible".
Al evaluar que hay pocas perspectivas de cambios en la Ley de Drogas por parte del Congreso y el Ejecutivo, Maronna, quien también forma parte de la dirección del proyecto de investigación Justa, cree que "la única oportunidad que se abre en este momento es esta, que el Supremo Corte declare la inconstitucionalidad del artículo 28".
"Debido al estrechamiento de la relación entre los poderes durante el gobierno de Bolsonaro", analizó, "hay una parte del Supremo [Tribunal Federal] que piensa que este tema debe ser tratado por el Congreso, que piensa que la Corte no debe avanzar en este tema, que es controvertido y puede disgustar a las personas en un momento en que el país sigue polarizado". En opinión de Maronna, sin embargo, "han pasado ocho años desde que comenzó el juicio y es necesario concluirlo".
Según el abogado, entre los aspectos nebulosos de la actual política prohibicionista de drogas que el juicio debería definir están "establecer criterios objetivos para diferenciar usuario y traficante, basados en cantidades y también en la exigencia de una prueba de la intención sobre la mercancía". En otras palabras, propuso Maronna, "que solo puede haber una condena por tráfico si se prueba la intención de comercio, y esa carga recae en la acusación, no en quien se defiende".
Para los movimientos, despenalizar el consumo no es suficiente
Delmanto explicó que el acto de este miércoles 24 no pretende dirigirse a los magistrados del STF, "que ya tienen sus votos decididos, la mayoría de las veces solo por razones políticas y morales, no jurídicas o científicas". "La marcha quiere hablar con la población, pues cree que los cambios sociales son los que sustentan los cambios legales y políticos."
Además, la Marcha de la Marihuana de São Paulo quiere "presentar su visión crítica de la despenalización de la tenencia de drogas, que no nos contempla", destacó. En la convocatoria del acto, el movimiento señaló que "esta votación no resuelve los problemas estructurales que la guerra contra las drogas provoca en la sociedad, como el encarcelamiento masivo, la violencia policial, el estigma, la dificultad para buscar atención, el tráfico violento, la dificultad para investigar, la corrupción etc., pero no dejaremos de hacer ruido".
Si la Corte Suprema decide que en Brasil la tenencia de drogas para consumo personal ya no será un delito, afirmó Júlio Delmanto, "será, para nosotros, un pequeño avance en un contexto de parálisis del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que actúan en connivencia con la violencia, el racismo y el genocidio de la población pobre y negra provocados por la prohibición y la guerra".
En la conferencia pública participarán representantes del Frente Estadual por el Encarcelamiento de São Paulo (FED-SP), del proyecto "Teto, Trampo e Tratamento" (Techo, Trabajo y Tratamiento), que actúa en Cracolândia, y de Red Reforma.
El acto, según la organización, servirá también para convocar a la Marcha de la Marihuana de São Paulo de este año, cuya concentración inicia a las 14:20 horas del día 17 de junio. En 2022 la marcha, que reclama el fin de la guerra contra las drogas, reunió a cerca de 80 mil personas en la capital del estado de São Paulo. Esta vez la consigna, haciendo una parodia de una canción de Nação Zumbi, es "El antiprohibicionismo como cuestión de clase y la reparación por necesidad".
Edición: Thalita Pires e Flávia Chacon