La diputada federal Célia Xakriabá (Partido Socialismo y Libertad - Minas Gerais) presentó ante la Cámara de Diputados, este lunes 11, una propuesta que busca combatir la violencia contra las mujeres indígenas en Brasil. El texto, ya denominado proyecto de ley (PL) 4381/2023, establece los procedimientos que deben adoptar las unidades policiales y otros órganos del sistema de seguridad pública para atender a las víctimas con este perfil. La propuesta apunta a combatir todo tipo de violencia, como la agresión física, psicológica, sexual, verbal, patrimonial, moral y política.
El proyecto de ley prevé un seguimiento especializado, cuya hoja de ruta integra desde la asistencia en las comisarías hasta la etapa de orientación procesal, en los casos en que se solicita una medida de protección. También crea la denominada "Red de Apoyo Multidisciplinario", que podrá incluir "miembros de la sociedad civil, abogados populares, psicólogos, antropólogos, trabajadores sociales y afines".
La idea es promover una asociación entre la red y el poder público a través de un acuerdo de cooperación técnica para que se realice un adecuado seguimiento de la atención a las víctimas. Esta vigilancia debe incluir procedimientos de emergencia, atención de salud, así como acciones en las áreas de seguridad pública, justicia y red de asistencia social.
"El proyecto de ley pretende abarcar a todas las mujeres indígenas que ponen su cuerpo, mente y corazón en proteger sus propias vidas y cuidar el medio ambiente. Entendemos que, además de las violencias enumeradas por la Ley Maria da Penha [que combate la violencia doméstica y familiar contra las mujeres], las mujeres indígenas todavía son propensas a ser víctimas de la violencia política, ya que son protectoras de los territorios, de la Madre Tierra. Por eso, muchas veces necesitan luchar contra el machismo incrustado en las comunidades para que el pueblo resista y sobreviva", afirmó Xakriabá en el texto de justificación del proyecto.
La propuesta también prevé la promoción de acciones como círculos de conversación, debates y charlas con orientación sobre el concepto de violencia contra las mujeres indígenas. El texto determina que existan intérpretes dentro de las comunidades para difundir este tipo de información entre las mujeres. "Prevemos, por ejemplo, la presencia de más de un intérprete en casos de violencia, ya que es posible que uno solo sea un familiar/amigo del agresor y ponga en duda la palabra de la víctima", argumenta la diputada en el texto del PL.
El proyecto crea la denominada "Agenda de Atención a las Mujeres Indígenas" y un calendario anual de eventos relacionados con el tema, con planes para realizar esfuerzos conjuntos de asistencia. El PL no menciona fechas específicas para estas acciones. El texto también prevé la provisión de un servicio telefónico nacional diseñado específicamente para recibir y remitir denuncias de violencia contra mujeres indígenas. El servicio deberá tener conexiones con comisarías especializadas y el Ministerio Público, a fin de facilitar la apertura de procedimientos de investigación de casos.
"No competirá con la Ley Maria da Penha. Seguimos muriendo y siendo violentadas dentro y fuera de los territorios. Nuestro cuerpo necesita respeto y necesita ser visible en este proceso de muerte. No queremos que otras niñas y mujeres pasen por esto", dijo Braulina Baniwa, de la Articulación Nacional de Mujeres Indígenas, Guerreras de Ancestralidades (Anmiga).
La cacica Irê, del pueblo Jenipapo-Canindé, que vive en Ceará, llamó la atención sobre el hecho de que la violencia contra las mujeres en las comunidades tradicionales es un fenómeno directamente relacionado con la influencia cultural de la población no indígena en estos territorios, un movimiento que resulta directamente del proceso de colonización europea.
"Para nosotras este tema de la violencia de género dentro del territorio es algo muy colonizador. Algunas personas todavía tienen en la cabeza [la idea] que tratar mal a una mujer es cultural, y no lo es. Venimos a desmitificar y decir que eso no es cultura. Nuestros pueblos antiguos no nos enseñaron a violentar, a practicar este tipo de violencia que sufren las mujeres indígenas en sus territorios".
El proyecto de ley fue anunciado por Célia Xakriabá, en presencia de la ministra de los Pueblos Indígenas de Brasil, Sônia Guajajara, y de otras mujeres que acudieron este lunes a la Cámara de Diputados para un acto que marcó la apertura de la "3ª Marcha de Mujeres Indígenas - Mujeres-Bioma en Defensa de la Biodiversidad por las Raíces Ancestrales". En total, 500 integrantes de comunidades tradicionales se reunieron en la Casa para una sesión solemne que rindió homenaje a la marcha. El PL fue mencionado como una de las iniciativas de la agenda política de las participantes del evento.
Edición: Nadini Lopes e Thalita Pires