Participante de la COP28, en Dubai, la activista por la justicia climática Jaiane Bruna, natural de União dos Palmares (Alagoas), dijo que Braskem "tiene miedo". La declaración se produjo después de que la petroquímica anunciara la cancelación de su participación en la conferencia sobre el clima de las Naciones Unidas en medio del agravamiento de la crisis en Maceió debido al hundimiento del suelo provocado por las prospecciones mineras de la empresa.
Integrante del colectivo Lentes Pretas, Jaiane Bruna viajó a los Emiratos Árabes junto a otros 13 jóvenes de la red de activismo Engajamundo. Ella hizo referencia a la protesta realizada durante la participación de representantes de la empresa Vale en el mismo evento, y dijo que Braskem ha huído de un enfrentamiento similar.
"Ellos no quieren conversar con la sociedad civil, no quieren conversar con la comunidad. No aparecen por miedo a que intervengamos. Si la sociedad de Maceió no se hubiera articulado, protestado, y los activistas aquí en la COP28 no estuvieron protestando todo el tiempo, todavía estarían aquí en el pabellón de Brasil, con discursos bonitos sobre la preservación ambiental", subrayó.
Al anunciar que no participaría más en la COP, Braskem informó que "consideraba mejor cancelar su participación en algunos paneles para evitar que el tema dominara cualquier otra discusión técnica, dificultando eventuales contribuciones que la empresa pudiera ofrecer".
Para Jaiane Bruna, la postura de la empresa al retirarse del evento refleja la posición que ha adoptado desde que se descubrió que el hundimiento fue causado por décadas de explotación de sal gema en la capital alagoana. "No les importan las más de 200.000 personas que se vieron afectadas, las 60.000 que tuvieron que abandonar sus casas", añadió la activista.
El hundimiento
El problema en Maceió comenzó en 2018, cuando se empezaron a sentir los efectos de la extracción de sal gema (que se puede utilizar en la cocina y para la producción de plástico PVC y la soda cáustica). Cinco barrios de la capital de Alagoas sufrieron hundimientos del suelo debido a la explotación del mineral, que se forma bajo tierra, a unos mil metros de la superficie.
Aunque no hubo muertes directas, cerca de 60.000 personas tuvieron que ser evacuadas de sus casas por el riesgo de desprendimientos. Muchos edificios fueron demolidos. Los estudios sugieren que se trata de la mayor tragedia socioambiental en una zona urbana del mundo.
La excavación para que Braskem explotara los yacimientos de sal gema de la capital alagoana duró unos 40 años. El hundimiento se produjo porque la región tiene una falla tectónica. Como resultado, el suelo se hundió en los barrios de Bebedouro, Bom Parto, Farol, Mutange y Pinheiro, así como en la localidad de Flexal.
En un comunicado enviado a Agência Brasil, Braskem afirmó que monitorea la situación de la mina desde el pasado martes (28) y acordonó el área de servicios de la empresa, donde se realizan trabajos para rellenar los pozos. "Los datos de seguimiento actuales muestran que el movimiento del suelo sigue concentrado en la zona de esta mina", informó.
La empresa afirma que también está apoyando la reubicación emergencial de los residentes que aún se resisten a permanecer en la zona de desalojo y sigue colaborando con las autoridades.
Edición: Thalita Pires
