La economía brasileña terminó 2023 mucho mejor de lo que esperaban los economistas vinculados al mercado financiero. El primer año del tercer mandato del presidente brasileño Luiz Inácio da Lula da Silva registró un crecimiento superior a las expectativas, una inflación más baja y una balanza comercial más favorable de lo proyectado.
El desempeño superior a las expectativas se registra en los indicadores económicos ya publicados hasta el momento y también en las expectativas divulgadas en diciembre. Los datos contrastan con las estimaciones publicadas a finales de 2022.
:: El crecimiento del PIB en 2023 pasa del 0,5% al 3% ::
Estas estimaciones, que hoy se han demostrado subestimadas, fueron recogidas por el Banco Central (BC) en el Boletín Focus. Para preparar el boletín, el BC consulta semanalmente a economistas del sector bancario.
Miguel de Oliveira, economista y director ejecutivo de la Asociación Nacional de Ejecutivos de Finanzas, Administración y Contabilidad (ANEFAC), afirmó que la mayoría de sus colegas desconfiaban de las políticas económicas de Lula. También resistieron al nombramiento de Fernando Haddad para el Ministerio de Hacienda. Ese sentimiento acabó reflejándose en un pesimismo exagerado sobre 2023, algo que resultó infundado. "Había una expectativa muy negativa por parte de los agentes, que esperaban lo peor", afirmó.
Mauricio Weiss, economista y profesor de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS), recordó que el agronegocio brasileño y Petrobras impulsaron el crecimiento económico nacional. "No se puede negar el impacto que tuvo este sector primario", afirmó.
Fausto Augusto Júnior, sociólogo y director técnico del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos (DIEESE), agregó que el aumento real del salario mínimo y la consolidación del programa social Bolsa Familia en 600 reales (aprox. 123 USD) garantizaron a la población una capacidad mínima de consumo. Por lo tanto, contribuyeron a una actividad económica muy por encima de lo esperado por el llamado "mercado".
Crecimiento
Economistas del sector bancario y corredores de inversiones estimaron a finales de 2022 que la economía brasileña crecería un 0,8% en 2023. La información fue registrada en la edición del 30 de diciembre de 2022 del Boletín Focus, publicado por el Banco Central. De enero a septiembre de 2023, sin embargo, el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 3,2% respecto al mismo período del año anterior, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Estos mismos economistas de los bancos esperaban que el crecimiento finalizara el año en un 2,9%.
:: La economía acumuló un crecimiento del 3,2% en 12 meses ::
Inflación
El Boletín Focus del 30 de diciembre de 2022 informó que los economistas esperaban que la inflación se mantuviera en el 5,31% a finales de 2023, es decir, que cerrara el año por encima de la meta para el índice, que es del 4,75% anual. En los 12 meses finalizados en noviembre de 2023, el Índice de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) acumuló una variación del 4,68%, según el IBGE. Los economistas estimaron que la inflación cerraría 2023 en 4,46%, es decir, dentro de la meta, algo que no ocurría desde 2020.
:: La inflación avanza hacia el cumplimiento de la meta del año ::
Dólar
Los economistas esperaban que el dólar cerrara el año en 5,27 reales. La moneda estadounidense vale menos de 5 reales desde finales de octubre de 2023. En noviembre bajó a 4,84 reales y hoy se cotiza en torno a 4,90 reales.
Balanza comercial
El saldo de las exportaciones, descontadas las importaciones, se estimó en 58 mil millones de dólares para finales de 2023. El 25 de diciembre ya había alcanzado casi 96 mil millones, un 65,5% más que lo previsto.
Los empleos no despegan
A pesar de todas estas "sorpresas positivas", el primer año del gobierno de Lula también quedó marcado por un menor crecimiento en la generación de empleos formales. Hasta noviembre se habían creado alrededor de 1,9 millones de empleos formales en el país. Esto es menos que los 2,7 millones generados en el mismo período de 2021 –el año de la recuperación pospandemia– y también menos que los 2,3 millones creados en 2022.
Es cierto que el nivel de desempleo cayó al nivel más bajo desde 2015, según el IBGE, lo cual es positivo. Esto se debió principalmente al crecimiento del trabajo informal.
Son trabajos que pagan salarios más bajos y, en consecuencia, terminan contribuyendo menos al crecimiento sostenible de la economía.
"Estamos viviendo un típico proceso de desindustrialización", advirtió el economista André Roncaglia, profesor de la Universidad Federal de São Paulo (UNIFESP). "Generamos muchos empleos en el sector servicios, generalmente de baja calidad, que requieren poca calificación. Este sector no logra difundir ingresos a otros sectores", añadió.
Fausto, del DIEESE, destacó que el gobierno de Lula tiene proyectos para intentar reindustrializar Brasil. Sin embargo, los resultados de iniciativas como ésta tardan años en aparecer. Según él, el gobierno también debería trabajar para que los empleos informales que existen hoy sean "menos peores".
:: La contrarreforma laboral prometida por Lula debe fraccionarse para avanzar en el Congreso ::
Fausto recordó que 1,5 millones de personas trabajan para aplicaciones móviles. El gobierno se ha comprometido a intentar regular este tipo de servicio. Para ello, creó un grupo de trabajo que estudia esta cuestión. Sin embargo, hasta la fecha no ha presentado su propuesta sobre el tema.
La llamada contrarreforma laboral, que revisaría la reforma de 2017, tampoco despegó. Sin ella, hay dudas de que Brasil genere empleos de calidad incluso si crece en 2024.
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Expectativas para 2024
Economistas vinculados a los bancos estiman que la economía nacional crecerá un 1,5% en 2024, es decir, alrededor de la mitad de su crecimiento en 2023. Fausto piensa que el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) y otras iniciativas gubernamentales para reactivar la inversión pública podrían sostener un aumento del 3% del PIB en 2024.
Pedro Faria, economista e investigador del Centro de Desarrollo y Planificación Regional de la Facultad de Ciencias Económicas (CEDEPLAR) de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), destacó que la deuda de familias y empresas cayó a lo largo de 2023. El porcentaje de familias endeudadas cayó del 78,9% al 76,6%, según una encuesta mensual de la Confederación Nacional de Comercio (CNC).
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Menos endeudadas, estas familias –y también las empresas– podrán retomar el consumo y la inversión en 2024. Esto tiende a contribuir a la economía del año que se inicia.
Edición: Rebeca Cavalcante